Verónica Sánchez. Departamento Técnico de CESFAC
En la lucha contra las resistencias antimicrobianas existe un compromiso a nivel internacional en el marco de la estrategia mundial “One Health”, en la que participan los organismos internacionales competentes como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), con objeto de favorecer la comunicación y la colaboración interdisciplinar en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. Dentro dicho marco “One Health” nació en España el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) para frenar el desarrollo y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, estructurado en torno áreas de trabajo comunes tanto en salud humana como sanidad animal: vigilancia, control, prevención, investigación, formación y comunicación.
El PRAN fue aprobado en el año 2014 por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de la Salud y por la Conferencia Intersectorial de Agricultura como respuesta a la Comunicación de la Comisión Europea del 17 de noviembre de 2011, que solicitó a los Estados miembros un Plan de Acción sobre Resistencias Antimicrobianas, así como a las Conclusiones del Consejo de la Unión Europea del 29 de mayo de 2012, en las que se instó a que se abordara de manera conjunta dicha problemática.
Desde el sector ganadero, se están realizando grandes esfuerzos por minimizar el uso de antibióticos en la producción animal, trabajando en la implementación de un sistema nacional de recogida de datos de prescripción veterinaria de antibióticos y tomando parte de una serie de programas destinados a la reducción voluntaria del consumo de determinados antibióticos, denominados Programas Reduce, en porcino, cunicultura, bovino de carne y leche, avicultura de carne (pollos broiler) y ovino y caprino.
Respecto a los fabricantes de piensos, desde los proveedores de piensos medicamentosos para el sector ganadero, también se ha llevado a cabo una gran concienciación del uso prudente de antibióticos. Recordamos que los piensos medicamentosos son una herramienta más para potenciar el bienestar animal mediante su uso responsable, especialmente en colectividades para garantizar la misma cantidad de medicamento y un tratamiento sea eficaz. Asimismo, se evitan situaciones de estrés por la manipulación de los animales si se realiza la comparación con otras vías de administración. Como profesionales implicados, los fabricantes de piensos han tomado conciencia y forman parte del PRAN a través de su representante, la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos (CESFAC) y se han implicado en una Programas Reduce mencionados anteriormente. Los datos muestran notorios avances desde el comienzo del PRAN, con la reducción de las ventas de antibióticos veterinarios un 32,4 %, entre 2014 y 2017 y la reducción del consumo de colistina del 97,18 % en porcino (2015-2018) y una reducción del consumo total de antibióticos del 71 % en avicultura de carne (2015-2018), según el análisis de los últimos datos recogidos en el marco del PRAN del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
A nivel legislativo, en 2014, la Comisión Europea lanzó dos borradores de importantes Reglamentos para el sector de los piensos y de medicamentos, que sustituirían a la Directiva 90/167/CEE relativa al establecimiento de las condiciones de preparación, de puesta en el mercado y de utilización de piensos medicamentosos en la Unión Europea, cuya flexibilidad ha acarreado algunos problemas en cuanto a interpretación y aplicación por parte de los Estados, así como originado condiciones de competencia desiguales, debido a que no indica que normas han de aplicarse para autorizar instalaciones, no establece criterios de homogeneidad de los medicamentos, no alude al concepto de transferencia entre lotes, ni al etiquetado específico y es poco clara respecto a la posibilidad de preparar piensos en la fábrica antes de la prescripción. El objetivo de la revisión era actualizar la legislación para adaptarla desde el punto de vista técnico y armonizar su aplicación a nivel europeo para alcanzar un elevado nivel de seguridad en la fabricación, comercialización y uso de piensos medicamentosos.
Después de largos años de debates versados en los requisitos que estableció la Comisión Europea en su primer borrador de Reglamento de piensos medicamentosos, a comienzos de año se publicó el Reglamento (UE) 2019/4 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, relativo a la fabricación, la comercialización y el uso de piensos medicamentosos, por el que se modifica el Reglamento (CE) nº 183/2005 del Parlamento Europeo y del Consejo y se deroga la Directiva 90/167/CEE del Consejo.
El esperado Reglamento ha sido el resultado de un arduo trabajo a nivel europeo, así como reto normativo a nivel nacional para CESFAC, las asociaciones ganaderas y la administración. Se han conseguido importantes avances respecto a la propuesta inicial excesivamente restrictiva para un sector de relevante producción en España y atomizado en un gran número de establecimientos, no menos de 1.500, entre fabricantes de piensos medicamentosos e intermediarios exclusivamente de piensos medicamentosos. A pesar del reto normativo que se plantea, el sector ya lleva un camino largo camino recorrido en la búsqueda de alternativas e implementando medidas encaminadas a reducir las resistencias a los antibióticos.
La nueva reglamentación establece una serie de requisitos de prescripción veterinaria, la cual solo podrá ser emitida tras el examen clínico de los animales, estando la profilaxis permitida únicamente en animales individualmente y prohibida por vía pienso. Asimismo, la metafilaxis solo se permitirá en caso de enfermedad diagnosticada.
En relación a los niveles máximos de contaminación cruzada, uno de los puntos que han resultado más conflictivos durante todo el proceso de desarrollo de dicho Reglamento, serán establecidos por actos delegados basados en una evaluación de riesgo de la EFSA. Mientras tanto, el sector se encuentra a la espera de la publicación de un Real Decreto nacional en el cual se determinarán los niveles de contaminación cruzada y los criterios de homogeneidad provisionales hasta que la Comisión Europea adopte unos niveles máximos específicos de contaminación cruzada.
Así pues, los establecimientos que decidan continuar con sus actividades deberán adaptarse a los nuevos requisitos que se establecen en la normativa, así como cumplir con los requisitos de autorización y registro, para el cual dispondrán de 42 meses desde la entrada en vigor del Reglamento.
A pesar de que España sigue estando entre los países con mayor consumo de antibióticos en la Unión Europea, a lo largo de los años en los que el esperado Reglamento ha estado gestándose, el sector ganadero español ha evolucionado concienciándose de la necesidad de fomentar producciones ganaderas de calidad, sostenibles, competitivas y comprometidas con la lucha de las resistencias antimicrobianas. Por lo que la publicación de la reglamentación tan sólo dibuja el marco donde desempeñar una actividad de un sector que lleva ya mucho tiempo preparándose y adaptándose a las exigencias de la nueva normativa, tal y como muestran los últimos datos publicados en el informe anual del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En el año 2018, la producción de piensos destinados a animales de abasto alcanzó los 36.081.934, un incremento de 5,2% con respecto a 2017 con 34.296.440 Tm.
Sin embargo, la tendencia es decreciente en cuanto a la producción de pienso medicamentoso, con una reducción de un 6,2% respecto al año 2017, alcanzando la cifra de 3.776.384 Tm frente a 4.026.875 Tm. Del mismo modo, en el año 2017 se redujo en un 5,6% respecto al año 2016 con 4.266.981 Tm. Con respecto a la producción de pienso medicamentoso por especies animales, cabe destacar la reducción del pienso medicamentoso fabricado para cunicultura, si se compara el porcentaje del total de pienso medicamentoso sobre el total de pienso fabricado de 2018 respecto a 2017.