Euroganadería

Trasvase de fondos PAC para elevar la producción de biometano

Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez

En su intención para reducir la excesiva dependencia energética de los combustibles fósiles (gas natural y petróleo, esencialmente, y carbón) de Rusia, debido a su invasión de Ucrania, la Comisión Europea presentó no hace mucho su Plan “REPowerEU”, cuyo objetivo es acelerar hacia el fin de tal dependencia y, a la vez, avanzar también más rápido en la transición ecológica.

Entre las distintas acciones previstas, destaca por su importancia para nuestro sector agroalimentario el Plan de Acción sobre el biometano o biogás, con el que se pretende establecer herramientas, como una nueva Alianza Industrial del Biometano y dar incentivos financieros para lograr aumentar la producción a 35 millones de metros cúbicos de aquí a 2030.

Por una parte, nada que objetar si no fuera porque ya en su día, cuando se presentó la Comunicación “RePowerEU” y la CE informaba de su intención de duplicar el objetivo de producción de biometano para alcanzar esos 35.000 m3 (bcm) en 2030, frente a solo 3.000 millones que produce en la actualidad y los 17.000 millones que eran el objetivo inicial para ese año (es decir, ahora se añaden otros 17.000 millones de metros cúbicos para ahorrarlos de las importaciones de gas natural)  ya se dijo que era un objetivo demasiado ambicioso y bastante difícil de conseguir.

La Comisión Europea preveía ya en su Plan que alcanzar el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 55% hasta el año 2030 permitirá, a su vez, reducir el consumo de gas natural en la UE en un 30% (equivalente a 100.000 millones de metros cúbicos).

Pero si se incluyen las medidas del plan REPowerEU, se restarían apenas algo más de 25.000 millones de metros cúbicos adicionales -o su sustitución por biometano- cada año, mientras que, actualmente, el gas natural importado por la Unión Europea desde Rusia se elevó a unos 155.000 millones de metros cúbicos en 2021.

En otros términos, la CE debe confiar en que el gas natural ruso que ahora se importa no solo tendrá que ser sustituido en parte por importaciones de gas natural de otros orígenes, licuado (GNL) o no; por el aumento de la producción comunitaria de biometano o de biogás procedente de fuentes alternativas, o por el uso de otras energías renovables (solar, fotovoltaica, biomasa…etc.) o no (nuclear) que puedan cubrir el amplio hueco que dejaría el cierre de las importaciones rusas de gas natural hacia los países de la Unión.

Por otra parte, Bruselas estima que para llegar al objetivo de los 35.000 millones de metros cúbicos de biogás para el año 2030 serán necesarios unos 37.000 millones de euros, de los cuales unos 7.500 millones se pretende que salgan de los fondos de la Política Agrícola Común (PAC) y en concreto del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), en forma de transferencias voluntarias al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) de hasta el 12,5% de la asignación nacional de los Estados miembros con cargo a estos fondos.

Dicho en román paladino, que lo que se detraiga de ese fondo para cumplir con el objetivo previsto de producción de biogás no irá a financiar, es decir, se restará de la financiación de otras medidas que pudiesen estar previstas a favor del sector agrario y del medio rural.

Alimentos, lo primero

Algunos eurodiputados, como el italiano Herbert Dormann (PPE), declaró, al respecto, que es “totalmente inaceptable utilizar el dinero de la PAC para financiar el REPowerEU”, añadiendo que “cuando el mundo entero está buscando urgentemente alimentos, nosotros quitamos a los agricultores de la UE unos 7.500 millones de euros para fomentar el biometano. La alimentación es lo primero, después los alimentos para animales y, por último, la energía.

Otras fuentes consideran que será bastante difícil alcanzar el objetivo que para el biometano pretende Bruselas si no se cuenta con la biomasa cultivada, principalmente maíz, lo que supondría, según denuncia el Instituto de Investigación para la Energía y el Medio Ambiente (IFEU), financiado por la Fundación Europea para el Clima, que en torno al 5% de las tierras cultivables de la UE, unos 5,29 millones de hectáreas se dedicarían a ese cometido solo para obtener, mediante el cambio de uso de la tierra, reducciones marginales en términos de emisiones de gases de efecto invernadero

Según Bruselas, el biometano puede utilizarse en aplicaciones industriales, de energía y calefacción, directamente y reemplazando con facilidad al gas natural.  El Plan de Acción para desarrollar el uso del biogás sostenible propone hacer frente a los principales obstáculos que existen en la actualidad para aumentar ostensiblemente su producción, facilitando su integración en el mercado del gas interno de la Unión Europea.

En el marco de este Plan de acción, como se ha dicho, la Comisión establece una Alianza Industrial del Biogás y el Biometano; trabaja con los Estados miembros en las estrategias nacionales relativas a estos combustibles renovables; promueve la cooperación con los países vecinos y candidatos; trabaja con las autoridades nacionales y las empresas de distribución de gas para reducir los costes; promueve una infraestructura nueva; colma las deficiencias en materia de investigación, desarrollo e innovación y demostración; facilita el acceso a la financiación, y promueve el desarrollo de comunidades de energía de biogás.

La propuesta de Bruselas para los capítulos “REPowerEU” de los Planes de Recuperación y Resiliencia prevé la posibilidad de que los Estados miembros proporcionen una parte del FEADER, a través del MRR, para llevar a cabo reformas e inversiones concretas en beneficio de los agricultores, que pueden contribuir a aumentar la producción de biometano sostenible.

Aún es pronto para conocer cómo afectaría a nuestro país tal propuesta, que deberá llegar mediante un acuerdo interministerial entre las pretensiones al respecto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que es el que regula legamente el desarrollo de la producción de esta energía renovable, y  el MAPA, que es el que dispone de los fondos del FEADER de Desarrollo Rural, aunque la gestión y ejecución de los mismos está transferida a las CC.AA. que, se supone, tendrían también algo que decir al respecto.

Para la CE, debería hacerse hincapié en la producción sostenible de biometano, vigilando que este combustible se obtenga a partir de desechos orgánicos y de residuos forestales y agrícolas, con el fin de evitar el impacto en el uso de los suelos y la seguridad alimentaria.

Más renovables

Como decíamos al principio, la intención de la Comisión Europea con el REPowerEU es acabar con la dependencia de la UE de los combustibles fósiles procedentes de Rusia, lo que requerirá un considerable aumento de las energías renovables y una electrificación más rápida, así como la sustitución de la calefacción y el combustible de origen fósil en la industria, los edificios y el transporte.

Con el tiempo, señala la CE, la transición hacia una energía limpia contribuirá a la bajada de los precios de la energía y a reducir la dependencia de las importaciones. En este contexto, se propone incrementar el objetivo de la UE en materia de energías renovables para 2030 del actual 40% al 45% y el Plan REPowerEU contribuiría a elevar la capacidad total de energías renovables hasta los 1.236 GW de aquí a ese año, frente a los 1.067 GW inicialmente previstos en el paquete de medidas “Objetivo55” (“Fit for 55”).

Un aspecto importante es cómo se pretende financiar el Plan REPowerEU para llegar hacia ese objetivo. Bruselas reconoce que se necesitan inversiones adicionales por valor de 210.000 millones de euros de aquí a 2027 para eliminar gradualmente las importaciones de combustibles fósiles procedentes de Rusia que, en la actualidad, cuestan a los contribuyentes europeos (a unos más que a otros) casi 100.000 millones de euros al año.

En su conjunto, estas inversiones totales, sumadas las adicionales, se desglosan en 37.000 millones de euros para aumentar la producción de biometano (de los que 7.500 millones se prevé que salgan del FEADER de Desarrollo Rural, como se ha señalado); otros 29.000 millones habría que invertir en la red eléctrica de aquí a 2030 para facilitar un mayor uso de la electricidad; 56.000 millones más para mejorar la eficiencia energética y las bombas de calor hasta esa fecha; 41.000 millones para adaptar la industria a un menor consumo de combustibles fósiles;  10.000 millones en inversiones para importar cantidades suficientes de GNL y gas por gasoducto; entre 1.500 y 2.000 millones para la seguridad del abastecimiento de petróleo. Y el grueso, 113.000 millones para energías renovables (en total 860.000 millones) e infraestructuras clave del hidrógeno (270.000 millones de aquí a 2030)

Además de los fondos FEADER para el Plan de Acción del Biometano, Bruselas espera contar con el aumento de la transferencia voluntaria al MRR de hasta el 12,5% de la asignación nacional de los Estados miembros, con cargo a los fondos de la Política de Cohesión, aprovechando ya la posibilidad de transferencia del 5% ya disponible y añadiendo la posibilidad de transferir otro 7,5% (26.900 millones de euros suplementarios), que se gastarían exclusivamente en cumplir con los objetivos de REPower EU. En el actual Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027 de la UE, la política de cohesión apoyará proyectos de descarbonización y transición ecológica por valor de hasta 100.000 millones de euros.

Junto a esto, la CE contempla otras fuentes de financiación, a través del Mecanismo “Conectar Europa” (800 millones de euros); fondo de innovación (hasta 3.000 millones); financiación nacional y de la UE en apoyo de los objetivos REPowerEU; inversión privada, a través del programa InvestEU, y del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

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