Durante la celebración de la edición XXIX de sus Jornadas Técnicas en Valladolid, los pasados 7 y 8 de noviembre, la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) presentó los resultados de la Encuesta de Calidad de los Trigos Españoles 2017.
La dura sequía que golpea a nuestro país desde hace meses tuvo efectos severos en todas las zonas productoras de cereales durante la última campaña. La peor parte se la llevó Castilla y León, donde se concentra la mayor superficie de España.
El otoño fue relativamente lluvioso en todo el territorio pero, al llegar el invierno, las lluvias escasearon y el trigo sufrió. Con la llegada de la primavera, las precipitaciones en algunas zonas del Noreste y del Sur contribuyeron a producir una cosecha media. Sin embargo, en la mayor parte del Centro y del Noroeste del país, la sequía se hizo fuerte hasta el final del ciclo del cultivo.
Por lo tanto, los rendimientos cerealísticos fueron bajos en el Noroeste y en el Centro y medios en el Noreste y en el Sur.
En trigo blando, un año más los precios fueron bajos y con escasas diferencias entre los Grupos 2, 3, 4 y 5.
Las pocas partidas de trigos blandos de fuerza (Grupo 1) sí tienen sobreprecios significativos en los mercados, llegando a diferencias de más de 40 euros/ton.
La diferencia de precios entre los trigos duros y los blandos ha bajado sensiblemente hasta 20-30 euros/ton según calidades.
Trigo blando
La Encuesta de Calidad de la campaña 2016-17 se ha realizado recogiendo 497 muestras en todo el territorio nacional, lo que supone una muestra cada 3.364 ha. El muestreo se ha organizado teniendo en cuenta los datos de superficie sembrada publicados en marzo por el Ministerio de Agricultura conforme a la metodología habitual. La climatología, un año más, ha sido determinante en el desarrollo del cultivo, tanto en términos productivos como cualitativos. Otoño e invierno se han caracterizado por temperaturas similares a la media histórica y bajas precipitaciones; al ¬final del invierno llegaron las lluvias pero fueron insuficientes, y en primavera las temperaturas estuvieron por encima de la media y las precipitaciones fueron escasas. Las lluvias de febrero y marzo en la zona Sur, han salvado una parte importante de la cosecha y la calidad. Sin embargo, en el Noroeste, la fuerte sequía primaveral ha contribuido a que la campaña haya sido muy pobre en cantidad y en la calidad.
La superficie sembrada se reduce en un 8,1% respecto a la campaña 2015-2016, alcanzando las 1.672.045 ha. Castilla y León mantiene su posición dominante como comunidad con mayor superficie sembrada (algo superior al 50% del total del país) y alcanzando el 39% de la producción, lo que supone una notable diferencia respecto al año anterior, en el que se alcanzó el 57%. Burgos destaca como provincia de mayor producción superando ligeramente el millón de toneladas, lo que supone algo más del 27% de la comunidad.
A diferencia del año anterior, estos datos se traducen en un mal rendimiento en Castilla y León, casi un 23% inferior a la media del país, lo que nos informa de que la cosecha se ha visto afectada por las inusuales condiciones meteorológicas.
Castilla-La Mancha empeora sus datos de rendimiento en casi un 32% respecto a la cosecha anterior, quedando su cosecha en 490.000 t de trigo cosechadas, lo que supone el 12,9% del total nacional. Albacete y Guadalajara superan las 200.000 t de trigo blando cosechado.
Como viene siendo habitual, País Vasco, Navarra y La Rioja son las comunidades autónomas con mayor rendimiento, superando el primero los 5.000 kg/ha.
En Andalucía, la producción es un 27% superior, lo que se refleja en su rendimiento, que aumenta un 58%. Esto indica que no se han producido condiciones climatológicas y de plagas tan adversas como las de la campaña precedente.
Se mantiene la tendencia al alza iniciada en los últimos años, no solo en términos porcentuales, superando por primera vez el 30% de la semilla certificada empleada, sino también en términos totales, incrementándose en un 22% la venta de semilla certificada con respecto al año anterior. Artur Nick, Marcopolo y Camargo son las variedades con mayor producción de semillas certificadas, aunque Camargo y Artur Nick invierten sus posiciones con respecto a la campaña 2015-2016. Navarra, Cataluña y Andalucía continúan con un alto porcentaje de superficie de siembra con semilla certificada, mientras que en Castilla y León, aunque la certificación crece hasta las 27.106 t, todavía suponen un bajo porcentaje de la superficie total sembrada.
Como se ha venido señalando, la calidad de los trigos en 2017 ha estado influenciada en gran medida por una fuerte sequía que ha afectado en mayor o menor grado a todas las zonas productoras. Los trigos blandos de la zona Sur se han visto afectados por unas condiciones climáticas poco favorables, con una fuerte sequía al final del invierno e inicio de la primavera, lo que ha motivado una fertilización deficiente. La variedad más muestreada ha sido Artur Nick con valores medios de calidad de grupo 5 debido a la degradación. Un gran número de muestras salen del grupo 5 (66,7 % del total) con un 31,4 % de muestras que tienen valores de P/L superiores a 1,8.
La zona Centro presenta más del 40% de sus muestras en el grupo 4, siendo tan solo superado por el número de muestras del grupo 5 (54,9%), debido principalmente a la degradación. Las mezclas son mayoría, y presentan datos de calidad media de grupo 5. La variedad Chamorro, con 5 muestras es una de las variedades más muestreada, con valores medios de W y P/L, que la clasifican como del grupo 4.
En la zona Noreste (Aragón, Cataluña, La Rioja y Navarra) la degradación es la responsable del elevado número de muestras en el grupo 5 (62,9%), mientras que el contenido en proteínas es menor que en el resto de zonas con un 11,9%. Las variedades más muestreadas son Camargo con valores medios de grupo 3 y Berdún con valores medios de grupo 5 debido a la degradación. Una parte importante de las muestras son mezclas, con valores medios de grupo 5.
Debido a la fuerte sequía las muestras de trigo blando de la zona Noroeste, que agrupa Castilla y León y País Vasco, han presentado un bajo peso específico (74,4 kg/hl de media) y un elevado contenido en proteínas (13,4% de media) pero con importantes problemas de degradación, siendo ésta la responsable de que el 76,5% de las muestras se clasifiquen como grupo 5. Un gran número de muestras son mezclas, con resultados medios de calidad de grupo 5 por alta degradación (33% de media).
Trigo duro
La superficie de trigo duro con 424.021 ha crece un 4,9% respecto a la campaña anterior, con una pequeña reducción de superficie en Andalucía (un 2%) y Extremadura (9%) y aumentos significativos en Castilla-La Mancha (60%), Castilla y León (80%) y Aragón (17%).
Andalucía representa el 63,5% de la superficie total sembrada de trigo duro, y a pesar de un periodo de fuerte sequía a finales del invierno y principios de la primavera, las lluvias llegaron a tiempo en la mitad de la superficie para tener una cosecha media de 3.120 kg/ha y su contribución a la producción nacional superó el 68%.
Aragón, como segunda comunidad productora de trigo duro, ha aumentado sensiblemente su superficie respecto a la campaña pasada hasta las 125.986 ha, lo que supone un 29,8% de la superficie y un 26,2% de la producción hasta las 321,3 t. Esto se traduce en un incremento del rendimiento hasta los 2.550 kg/ha.
Los datos de semilla certificada siguen siendo optimistas alcanzando valores cercanos al 80%.
En Aragón la certificación llega a valores próximos al 60%. Las variedades Sculptur, Amílcar y Claudio son las variedades más certificadas y, junto con Athoris, suponen casi el 50% de las siembras de trigo duro. En Andalucía son Amílcar, Don Ricardo y Athoris las variedades que más se siembran y junto a Avispa y Kiko Nick alcanzan el 70% de la superficie sembrada.
Las muestras de la zona Sur mejoran los datos de calidad con respecto a campañas anteriores. El porcentaje de muestras en el Grupo 1 asciende hasta el 44,7% de las muestras, que comparado con el año 2016 (cercano al 35%) supone un ascenso notable. Las condiciones climatológicas del final del desarrollo del trigo duro fueron las adecuadas para la mayoría de los parámetros de calidad.
Amílcar, con valores medios de calidad del Grupo 1, es la variedad más muestreada en esta zona, seguida por Don Ricardo, que también presenta valores medios del Grupo 1. Un 100 % de las muestras presentan Índice de caída >250s por lo que no existen problemas de pre-germinación del grano. La falta de vitrosidad es un año más la principal causa de que el 70% de las muestras de trigo duro de la zona Noreste sean de los Grupos 3 y 4, hecho claramente relacionado con las características climáticas de menor insolación y presencia de tormentas en esta zona de cultivo. Es necesario destacar el excelente valor medio del 13 % en proteína, mientras que el peso específico medio fue de 77,6 kg/hl.
Las mezclas vuelven a ser muy numerosas (un 33,3 % de las muestras) y presentan una media de calidad del Grupo 2. Un importante porcentaje de mezclas están hechas de forma rigurosa, con variedades conocidas y dan promedios del Grupo 1 y 2.
Identidad de las variedades muestreadas
En trigo blando se han recogido 497 muestras. No se ha realizado electroforesis en las identificadas como mezclas y en aquellas de las que no había suficiente muestra para su molturación. El total de muestras analizadas para electroforesis han sido 193. De estas, 159 muestras han resultado iguales a la variedad declarada, 20 presentaban mezcla y 20 no coincidían con el testigo.
Por su parte, se han recogido 141 muestras de trigo duro. Se ha realizado la electroforesis de 87 muestras, de las que 76 han correspondido con la variedad declarada, 9 no coincidían con el testigo y 2 presentaban mezcla.