Alberdi, O. (1), Arriaga, H. (1), Calvet, S. (2), Estellés, F. (2), Merino, P. (1). (1) Departamento de Conservación y Recursos Naturales NEIKER-Tecnalia e (2) Instituto de Ciencia Animal y Tecnología de la Universitat Politécnica de Valencia
El amoníaco (NH3) es uno de los principales gases que se producen en instalaciones avícolas y que es causante del deterioro en la calidad del aire, además de afectar al bienestar animal y al potencial productivo de los animales. Así, se han descrito pérdidas de peso en aves alojadas en ambientes a partir de 25 ppm (Reece et al., 1980). Además, debido a su repercusión ambiental (acidificación, eutrofización), las emisiones de amoníaco son reguladas por la Directiva 2001/81/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2001, sobre techos nacionales de emisión de determinados contaminantes atmosféricos y por la Directiva de Emisiones Industriales (2010/75/UE).
El NH3 se produce en los procesos de descomposición del ácido úrico presente en las deyecciones ganaderas, por lo que representa una ineficiencia en el aprovechamiento del nitrógeno ingerido en la ración. En este sentido, en aves de puesta y carne, se ha descrito que el 35-45% de la proteína ingerida se convierte en huevos o carne, siendo el resto excretado. Las emisiones de NH3 en sistemas ganaderos pueden tener lugar en diferentes etapas productivas, desde el alojamiento (30-35%) hasta la posible aplicación a campo (35-45%), pasando por el almacenamiento (5-15%) y el tratamiento en su caso.
Las principales emisiones de NH3 se producen a nivel de alojamiento y durante la aplicación al suelo del estiércol o purín. La mayoría de los trabajos publicados sobre esta materia han sido realizados en países del Centro y Norte de Europa y en Estados Unidos, donde bien las condiciones climáticas o los sistemas productivos pueden variar considerablemente respecto a las regiones del Sur de Europa. Por otra parte, la reciente adaptación a la normativa de bienestar animal (Directiva 1999/74/CE) en el sector avícola de puesta ha supuesto unos cambios en cuanto a la densidad ganadera que hace necesaria una revisión de las emisiones de amoníaco referidas a estos sistemas.
Dado que la emisión de NH3 en granja depende en gran parte de la densidad animal, de la ventilación y del manejo de la gallinaza, las emisiones de NH3 pueden variar considerablemente entre granjas; incluso dentro de una misma granja a lo largo del día, en función de factores ambientales y/o del manejo animal y de la gallinaza. En este sentido, una de las estrategias de carácter preventivo ampliamente aceptada para la reducción de emisiones de amoníaco es el ajuste del contenido proteico de la dieta a las necesidades del animal. Otras estrategias actúan sobre la gallinaza producida y pueden ir asociadas a variaciones en la extracción de la gallinaza y regulación de la ventilación.
Las condiciones ambientales fueron las típicas de clima oceánico, con HR de 77,3% y temperatura exterior en el rango de 4-27ºC. En el interior de la nave, la humedad fue del 66% y la temperatura varió en el rango 18-25ºC, con una media de 22ºC. La ventilación varió igualmente entre estaciones, estando directamente relacionada con la temperatura exterior.
La emisión media de NH3 fue de 115,7 mg/d gallina, valores similares a los publicados por otros autores para este tipo de sistemas. Las diferencias estacionales en la emisión de NH3 observadas en este estudio, 90,3 mg/d gallina y 144,9 mg/d gallina en invierno y verano respectivamente, están en la línea de lo publicado por otros autores (Nicholson et al., 2004).
La mayor emisión tuvo lugar en verano (semanas 28 y 83, Figura 1). Otros picos de emisión se encontraron en verano y otoño, debidos tanto al incremento de la temperatura como de la ventilación y al tiempo de acumulación de la gallinaza en el interior de la nave. Las menores emisiones se observaron en invierno (desde noviembre 2012 a comienzos de mayo 2013), cuando la temperatura exterior fue inferior a 10ºC y, por tanto, el caudal de ventilación disminuyó en un 68% respecto a su valor medio en verano.
Si bien la emisión de NH3 fue mayor en verano en respuesta a una mayor ventilación, se observó que la diferencia entre el día y la noche en las emisiones de NH3 eran similares en verano y en invierno (Figura 2). Por otra parte, el estudio permitió observar el efecto de la extracción de la gallinaza al comparar semanas con temperatura similar y diferente tiempo de acumulación de la gallinaza en la nave. Así, se encontró que la diferencia en emisión entre la semana 25 y 28, semanas con temperatura interior de 24ºC (Figura 1), podía ser debida a que en la semana 25 la limpieza de la cinta era diaria, mientras que en la semana 28 la gallinaza permaneció en la nave durante 5 días.
En cuanto al efecto del cambio en el contenido proteico de la ración, el estrecho margen de variación no permitió observar efecto directo en la emisión de NH3; sin embargo, sí pudieron observarse diferencias en el contenido en N total de la gallinaza, con 11% menos N en las fases 2 y 3 respecto a la 1 conforme el contenido en proteína de la ración disminuía. Para este estudio, se determinó que el 7% del N total en la gallinaza se emitía en forma de amoníaco, variando la emisión en función de la ventilación y de la frecuencia de vaciado de la cinta. Es por ello que sería interesante en futuros trabajos precisar cómo se puede modular ambos factores para concretar pautas de manejo que conduzcan a una mitigación en la emisión de NH3 en alojamientos avícolas.
*Fotos cedidas por NEIKER-Tecnalia
Referencias
Nicholson, F.A., Chambers, B.J., & Walker, A.W. (2004). Ammonia emissions from broiler litter and laying hen manure management systems. Biosystems Engineering, 89 (2), 175-185.
Reece, F.N., B.D. Lott, and J.W. Deaton. 1980. Ammonia in the atmosphere during brooding affects performance of broiler chickens. Poultry Science 59 (3): 486-488.