Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
La frase
“¿Acaso la Comisión se propone plantearles la Ley de Restauración de la Naturaleza también para las explotaciones agroganaderas de los países del Mercosur? ¿Acaso se cree que está en condiciones de imponer a otros países su ambición de reducir en un 50% el uso de plaguicidas? ¿Y cree acaso la Comisión que las normas de bienestar animal, que estén en vigor en la UE, pueden verdaderamente imponerse y controlarse en los países del Mercosur?”. Christiane Lambert (COPA) y Ramón Armengol (Cogeca).
Después de semanas de intensos debates con un fuerte componente político, al estar enfrentados los dos grandes grupos, el Partido Popular Europeo (PPE) y la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D), el Pleno del Parlamento Europeo dio finalmente el visto bueno el pasado 12 de julio por un estrecho margen de votos a la propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN), sin contar con los agricultores, ganaderos, silvicultores y pescadores.
La propuesta reglamentaria ha suscitado una enorme controversia durante los últimos meses y, a pesar de no ser salir aprobada en las tres Comisiones respectivas, la de Medio Ambiente (ComENVI), competente en este ámbito, y las de Agricultura y de Pesca, el Pleno de la Eurocámara, como había hecho antes el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de UE, logró sacarla adelante, aunque con una serie de enmiendas que modifican bastante el texto inicial de la Comisión Europea.
Lo ajustado de la votación se reflejó en que, en primer lugar, no fuera aprobada la moción de rechazo en bloque de la propuesta de Bruselas por 324 votos en contra, 312 a favor y 12 abstenciones.
Tras superarse este trámite de forma ajustada, se examinaron y votaron cada una de las 136 enmiendas al texto original, presentadas por los diferentes grupos políticos y, por último, el conjunto del texto enmendado se sometió a una votación que recogió una mayoría también bastante apretada, pero menos, de 336 votos a favor, 300 en contra y 3 abstenciones.
La aprobación “in extremis” de la propuesta reglamentaria de la LRN dejó una clara división entre partidarios y opositores a la misma. No dejó contentos, ni satisfizo totalmente a nadie (quizás algo más al ponente del informe, el español César Luena (S&D), que superó el trance por la mínima), pero el alivio de los detractores fue también constatable, tras aprobarse un buen número de enmiendas, que dejaron un tanto descafeinado el texto inicial de la Comisión Europea.
Muchos nos preguntamos por qué un objetivo en principio loable y tan de sentido común, como es el de restaurar la Naturaleza, no ha suscitado consenso y compromiso mayoritarios entre los eurodiputados y por qué la propuesta reglamentaria es rechazada por los que la deben aplicar, los que no están por principio en contra de ese objetivo porque viven y trabajan en el medio natural –agricultores, ganaderos, silvicultores y pescadores- y que son (o deberían ser) sus verdaderos protagonistas.
Buscando respuestas, pensamos que en estos momentos parecía más importante en términos políticos sacar adelante como fuera la propuesta de reglamento de la LRN en el Parlamento Europeo que defender sus contenidos, puesto que si no hubiese sido un fracaso monumental para sus defensores, sobre todo para la propia Comisión Europea.
También hay que ser conscientes de que si de lo que se trata es de imponer una normativa en contra de sus principales protagonistas, en contra de los que la tienen que aplicar o sufrir, en vez de hacerlo con ellos y con su apoyo, la futura LRN no será viable y será muy difícil que se pueda aplicar, más cuando no cuenta con una financiación definida. Y ya conocemos los estragos que suceden en el medio natural cuando se abandona la agricultura, la ganadería o el aprovechamiento y la gestión forestal.
Flexibilidad
Al final, el Parlamento Europeo mantuvo la orientación general de la norma del Consejo de la UE, pero introdujo varias medidas de flexibilidad para su aplicación por los Estados miembros, decantándose por una obligación de medios más que de resultados y manteniendo los objetivos de restauración de al menos el 20% de los ecosistemas terrestres y marinos de la UE para 2030, llegar al 60% para 2040 y al 90% para 2050, con prioridad para aquellos hábitats “ricos en biodiversidad”, donde pueda llevarse a cabo una recuperación de las especies de flora y fauna especialmente amenazadas, con la mejora de los ecosistemas que la habitan.
La restauración de los ecosistemas es clave para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, además de que puede contribuir a reducir los riesgos para la seguridad alimentaria. El texto destaca que la LRN no impone la creación de nuevas áreas protegidas en la UE, ni bloquea la creación de las infraestructuras de energías renovables que sean consideradas de interés público.
En cuanto a los espacios marinos, la propuesta de LRN plantea recuperar, por un lado, ecosistemas como las praderas y los fondos de sedimento y, por otro, restaurar los hábitats de especies autóctonas (delfines, tiburones, marsoplas y aves marinas).
El otro ecosistema importante que aborda la propuesta de LRN es el de los bosques. Su objetivo es mejorar la “conectividad forestal”, la abundancia de aves y las reservas de carbono orgánico en los espacios forestales, junto con medidas para mejorar la gestión de la madera y la biomasa de estos entornos y favorecer la convivencia de ecosistemas de diferentes edades.
La normativa propone también actuar sobre los suelos degradados por la actividad agrícola, planteando medidas para restaurar el 30% de las turberas drenadas por los cultivos para 2030 y llegar al 70% para 2050, junto a otras para aumentar el número de mariposas y demás insectos en los pastizales y de presencia de aves en tierras agrícolas.
Otro de los objetivos de la LRN es revertir el declive de insectos en toda Europa, a través de medidas específicas para la conservación de los hábitats de abejas, abejorros, mariposas, sirfidos y otras poblaciones de polinizadores para 2030. Además, se propone desplegar un programa de seguimiento para evaluar la recuperación de estas especies clave, tanto para los ecosistemas naturales, como para muchas actividades humanas, como la agricultura y la ganadería.
No obstante, en el trámite de enmiendas se eliminó en su totalidad el artículo 9, dedicado a la restauración de los ecosistemas agrícolas, aceptándose algunas enmiendas que limitan la restauración de los ecosistemas en las zonas Natural 2000 o el reforzamiento de los polinizadores, la introducción de las “cláusulas espejo”, la eliminación del “no deterioro” de las zonas…etc.
Otro condicionantes es que la LRN solo se aplicará cuando la Comisión Europea haya proporcionado datos sobre las condiciones necesarias para garantizar la seguridad alimentaria de la UE a largo plazo y cuando los Estados miembros, que son los que la tienen que elaborar y aplicar sobre el terreno sus planes nacionales de forma subsidiaria, hayan cuantificado la superficie a restaurar para alcanzar los objetivos de restauración previstos para cada tipo de hábitat.
Sin financiación
Se contempla, además que, por consecuencias socioeconómicas excepcionales, puedan retrasarse los objetivos y también que, tras la entrada en vigor de la LRN, la Comisión tendrá un plazo de 12 meses para evaluar la diferencia entre las necesidades financieras en materia de restauración y la financiación europea disponible, así como para buscar soluciones en caso de que hagan falta, principalmente mediante la creación de un instrumento financiero europeo específico.
Precisamente, la falta de presupuesto para aplicar este reglamento es una de las críticas más repetidas de las organizaciones agrarias europeas, opuestas a que la financiación recaiga una vez más en unos fondos de la PAC, que se están viendo ya muy sobrecargados por la incertidumbre de la guerra en Ucrania, la inflación y los altos costes de las materias primas y de la energía, así como las condiciones climáticas adversas, principalmente la sequía.
Reacciones
A pesar de las mejoras introducidas con las enmiendas en el ámbito de los ecosistemas agrícolas, desde el COPA-Cogeca se insiste en que la propuesta de LRN sigue estando fundamentalmente mal preparada, que carece de un presupuesto concreto para su aplicación y que seguirá siendo inaplicable para los agricultores, propietarios forestales y pescadores. Para esta organización, si ha habido un fracaso, en un texto que debería haber sido objeto de compromiso, éste es el de la Comisión Europea, por lo que con esta iniciativa “no habrá ganadores, sino muchos perdedores en nuestras zonas rurales, empezando por las estructuras económicas más pequeñas y frágiles.”
Europêche, que representa al sector pesquero europeo, se mostró “decepción” y “perplejidad” por la aprobación de una propuesta de LRN que carece de sentido, por lo que es de esperar que en los trílogos y en las negociaciones institucionales finales de la UE se mejore su contenido y se trabaje más de la mano del sector. “En una situación muy difícil para este sector, al mismo tiempo que promueve el cierre de caladeros, la CE está legislando para “Twitter” y abriendo sus fronteras al pescado importado.”
Los grupos que apoyaron la propuesta europarlamentaria (S&D, Verdes, la Izquierda y parte de Renew Europe) quedaron satisfechos, si no al 100%, sí de que al menos saliera adelante la primera ley europea sobre la restauración de la Naturaleza, al considerar que “más vale una ley descafeinada, que nada”, como afirmó su ponente principal César Luena.
Por su parte, el Partido Popular Europeo (PPE), contrario al texto europarlamentario, mostró en parte también su satisfacción por las enmiendas de flexibilidad finalmente aprobadas, pero recalcaron que la situación tan divisoria adoptada dejan en una posición difícil y extremadamente débil al Parlamento Europeo en las negociaciones tripartitas que deberán llevar a cabo con el Consejo y la Comisión Europea.
Su portavoz, Manfred Weber, la denominó una “victoria vacía” de los impulsores de la esta ley, que deja en el aire la financiación de su puesta en marcha y cuestiones sobre la producción de alimentos o la transición a energías renovables. “Se han tenido en cuenta muchas de las demandas de los liberales y de diputados individuales y me pregunto por qué Los Verdes han votado a favor de este texto.”
Las más insatisfechas, junto a las organizaciones de los sectores agrario y pesquero, fueron las distintas organizaciones ecologistas y conservacionistas. Por un lado, se mostraron contentas del “hito” que supone que el Pleno del PE aprobara su posición a favor de la propuesta de reglamento de Restauración de la Naturaleza pero, por otro, lamentaron que su posición no sea tan ambiciosa como esperaban y que se haya “vaciado de contenido”.
En un comunicado conjunto, varias ONGs señalaron que “esta victoria ha tenido un coste muy alto: para llegar a un compromiso, los eurodiputados sacrificaron muchas obligaciones y objetivos críticos, lo que va en contra de la urgencia de la crisis climática y la biodiversidad y, en concreto, destacaron la eliminación del artículo 9 sobre la restauración de tierras agrícolas y turberas y que se adoptase una enmienda que retrasará la puesta en marcha de la ley hasta que no se disponga de una evaluación sobre seguridad alimentaria.”