Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
El pasado 17 de julio echó a andar con su primera reunión inaugural el Observatorio Europeo de la Cadena Agroalimentaria sobre costes de producción, márgenes y prácticas comerciales (AFCO, en sus siglas en inglés), cuyo objetivo central es reforzar la posición de los agricultores en la cadena de suministro alimentario y fortalecer la confianza entre todos los eslabones o agentes a lo largo de la cadena.
La creación de este Observatorio, que se anunció por vez primera el pasado 26 de marzo de 2024, viene a ser otra de las respuestas a las demandas planteadas por los agricultores tras las movilizaciones de protesta del primer trimestre del año en una veintena de Estados miembros de la UE.
Se trata de un instrumento necesario a partir del cual se pueda comprender mejor el funcionamiento de la cadena de suministro europea y aportar transparencia en lo que respecta a los precios, costes de producción y reparto del valor añadido, respetando al mismo tiempo las reglas de confidencialidad y de competencia.
Su fin último será tratar de reducir al mínimo las prácticas comerciales desleales (PCD) que se producen a lo largo de la cadena de valor alimentaria a nivel de toda la UE y en cada país, para lo cual realizará una monitorización de los costes de producción, de los márgenes y de las prácticas comerciales del sector alimentario.
Los miembros del Observatorio son representantes de las autoridades nacionales de los 27 países de la Unión Europea, así como de 48 organizaciones de partes interesadas que operan dentro de la cadena de suministro de alimentos, desde agricultores, industria de transformación, proveedores de insumos, distribución mayorista, comercio minorista, transporte, logística y consumidores. En total, 75 miembros.
Además, otras instituciones comunitarias, como el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones (CdR) y el Comité Económico y Social Europeo (CESE) participarán con el estatuto de observadores en el Observatorio, valga la redundancia.
Pero ¿qué tareas concretas tiene encomendadas este Observatorio? Entre las principales, se encuentra el intercambio de información y el balance de la situación de la cadena de suministro alimentario. En el medio plazo, pretende desarrollar metodologías con las que se puede evaluar y supervisar la estructura de costes y la distribución de los márgenes y el valor añadido a lo largo de la cadena.
En el fondo, se trata de que este amplio grupo de expertos que conforman el AFCO ayuden y asesoren a la Comisión Europea a establecer un diagnóstico común de la situación en todos los mercados y aporten tras su debate ideas, conocimientos técnicos y recomendaciones para mejorar la transparencia en los precios, la estructura de los costes y la distribución de márgenes y valora añadido a lo largo de la cadena de valor.
En la primera reunión del Observatorio en Bruselas, en la que participó por nuestro país el director general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, José Miguel Herrero, la Comisión Europea presentó una cartografía de los datos disponibles sobre los precios, los costes y el valor añadido, y los representantes de los Estados miembros explicaron el funcionamiento de sus Observatorios nacionales e intercambiaron unas primeras impresiones y puntos de vista sobre un documento de trabajo inicial acerca de la situación de la cadena de suministro agroalimentaria en la UE.
Primer paso
La creación del AFCO es un primer paso, antes de que en el próximo otoño se presentan las propuestas para modificar el reglamento de la Organización Común de Mercados (OCM) de la PAC y para reforzar la Directiva (UE) 2019/633, de 17 de abril de 2019 sobre las prácticas comerciales desleales (PCD) en las relaciones entre empresas en la cadena de suministro agrícola y alimentario.
Respecto a esta última normativa, el objetivo con el que se creó fue precisamente proteger a los agricultores y a los pequeños proveedores frente a 16 PCD en la cadena alimentaria, mientras que la revisión de la OCM buscará reforzar las disposiciones legales que apoyan la cooperación entre los agricultores para fortalecer su poder de negociación en la cadena alimentaria con algunas exclusiones de las normas de Competencia establecidas.
Más en concreto, los servicios de la Comisión están preparando enmiendas al actual reglamento de la OCM en tres ámbitos: en precisar las exigencias de los contratos escritos; reforzar el poder de negociación colectiva de las organizaciones de productores (OPS), y en definir normas mínimas en el marco de los programas voluntarios de comercio justo sostenible.
Una de las mayores dificultades e inconvenientes, como se ha visto en nuestro país con la ley de la Cadena Alimentaria, es poder aplicar los criterios y las exigencias legales de las prácticas comerciales en la cadena de suministro agrícola y alimentario a las producciones que llegan desde terceros países al mercado de la UE y que compiten en desigualdad de condiciones con las propias.
Pues bien, se espera que haya un texto sobre la aplicación transfronteriza de la Directiva comunitaria sobre las PCD en cuestión, nada fácil de ser implementada, teniendo en cuenta que para el año que viene, en 2025, se prevé una revisión importante de esta normativa de obligada aplicación por parte de los Estados miembros.
Falta de confianza
Al inicio de la sesión inaugural, el aún comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE (cargo en el que no repetirá en la nueva legislatura del Colegio de Comisarios), Janusz Wojciechowski, afirmó que uno de los principales problemas del descontento de los agricultores de toda Europa fue, precisamente, el funcionamiento de la cadena de suministro de alimentos, al considerar que su trabajo no está suficientemente remunerado.
“Es precisamente esa falta de confianza”, añadió Wojciechowski, “la que la Comisión desea abordar mediante la creación del Observatorio de la Cadena Agroalimentaria de la UE, que reúne a los operadores de la cadena de suministro en torno a una misma mesa, junto a la Comisión y a las autoridades públicas.”
Según el comisario de Agricultura, “los objetivos del AFCO son intercambiar información fiable de forma fiable; ofrecer una mayor transparencia en materia de costes y márgenes, así como compartir conocimientos especializados, identificando prácticas comerciales y acuerdos contractuales que puedan tener efectos positivos o negativos en el funcionamiento de la cadena.”
En última instancia, añadió Wojciechowski, “el Observatorio tendrá como objetivo reforzar la confianza en toda la cadena de suministro de alimentos y contribuir al objetivo general que no es otro que todos los agentes, desde la explotación agrícola hasta la mesa, reciban una retribución justa por su trabajo.”
La Comisión Europea reconoce que, en los últimos años, el aumento de los costes de los insumos o medios de producción, combinado con una elevada inflación, ha conllevado una mayor desestabilización del reparto del valor añadido a lo largo de la cadena, aumentando a su vez el grado de incertidumbre sobre la rentabilidad de la actividad en la que operan los agricultores comunitarios. Por eso, la CE considera que un primer paso con la creación de este Observatorio es generar confianza e impulsar la cooperación entre los agentes de la cadena de suministro de alimentos.
En su informe sobre las “Orientaciones políticas de la Comisión Europea para el periodo 2024-2029”, la reelegida presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, mostró su compromiso para “apoyar la competitividad de toda nuestra cadena de valor alimentaria, mediante inversiones e innovaciones en la explotación agrícola, pero también en cooperativas, en nuestras empresas agroalimentarias y en las numerosas pymes del sector.”
Von der Leyen reconocía al respecto que, “dado que los agricultores suelen ser la parte más vulnerable de esta cadena, tenemos que corregir los desequilibrios existentes, reforzar la posición de los agricultores y protegerlos mejor frente a las prácticas comerciales desleales.”
La segunda reunión del Observatorio Europeo de la Cadena Agroalimentaria tendrá lugar este próximo otoño.