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El viñedo mundial a la baja durante 2023

La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) dio cuenta el pasado 25 de abril de la evolución mundial de la superficie de viñedo y de la producción, consumo y comercio de vino en el pasado año 2023.

Lo más destacable es que, por unos u otros motivos, todos los parámetros se orientaron a la baja durante el ejercicio pasado, puesto que tanto la producción, como el consumo de vino se contrajeron y el comercio descendió más en volumen que en valor por la subida de precios y, por último, la superficie continuó con la ligera tendencia a la baja de los últimos años.

El consumo mundial de vino, según estima esta organización multilateral, bajó un 2,6% y en torno a 6 millones de hectolitros respecto al año anterior, hasta 221 millones, marcando el volumen más bajo registrado desde 1996. Las causas fueron multifactoriales, pero sobre todo fue debido al complejo escenario económico y geopolítico, caracterizado, por una parte, por los incrementos de los precios como consecuencia de las presiones inflacionistas (aumento de costes de producción y logísticos de comercialización y distribución y, a su vez, de los precios de venta para los consumidores), unido a una reducción del poder adquisitivo de los consumidores que impactó desfavorablemente en la demanda de un bien de consumo alimentario no básico, como es el vino.

Desde el máximo registrado de 250 Mhl en el año 2007, la diferencia con lo estimado por la OIV en 2023 es de un 11,6% y de 39 millones menos que entonces. El consumo mundial de vino viene bajando desde 2018, con la excepción del año 2021, que repuntó en 3 millones, hasta los 234 Mhl, debido a la relajación de las restricciones derivadas de la pandemia de Covid en 2020, año que en que descendió en 5 Mhl con respecto al anterior, desde 236 a 231 millones de hectolitros.

En su informe, la OIV destaca que el 68 % del consumo mundial se concentra en solo una decena de países y el 51 % en los cinco mercados principales: Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, entre los que no está España. En todos ellos bajó ligeramente el consumo de vino (-2-3 %) el año pasado.

Nuestro país, por ejemplo, fue uno de los principales que escapó a este descenso del consumo, al registrar un ligero incremento del 1,7% y de unos 200.000 hl, pasando de 9,6 millones a 9,8 millones (sin lograr recuperar los 10,3 Mhl de 2021) y situándose en un discreto sexto lugar en el ranking de principales consumidores. Ranking que continúa liderando Estados Unidos, con 33,3 Mhl, un 3% y un millón menos que en 2022, lo que supone un 15, 1% del total, seguido de Francia, con 24,4 Mhl, con 600.000 hl menos (-2,4%), un 11% del total, Italia, con 21,8 Mhl, también 600.000 hl menos (-2,5%), un 9,9% del total; Alemania, con 19,1 Mhl, unos 300.000 hl menos (-1,6%), un 8,6% del total; y Reino Unido, con 12,8 Mhl, también 300.000 hl menos (-2,9%), un 5,8% del total mundial.

En este ranking mundial, destaca la situación de China, que se estima que registró descensos muy importantes, de doble dígito, tanto de su producción nacional (-33 %), como de su consumo (-25%), con apenas 6,8 Mhl, ocupando un discreto 9º lugar, con un 3,1% de la demanda mundial, debido a su floja situación económica, después de que el gigante asiático saliera de las fuertes restricciones por la pandemia de Covid. En cambio, el consumo aumentó en países como Rusia (8,6 Mhl, un +3%) y Brasil (4 Mhl, un +11,6%).

Teniendo en cuenta los datos de producción y consumo mundial de vino, la OIV prevé para 2023 un superávit de oferta respecto a la demanda de vino de unos 16,1 Mhl. Un exceso que se ve, no obstante, amortiguado porque se destinan cada año entre 25-35 millones de hectolitros de vino a otros usos, como la fabricación de vinagre, de alcohol para bebidas destiladas u otros productos industriales), contribuyendo a un mayor equilibrio del mercado mundial por la reducción de volumen excedentario que ello supone.

Para el director general de la OIV, el neozelandés John Barker, se prevé que el consumo de vino tinto siga bajando en 2024, con la excepción de la categoría Premium, mientras que, por el contrario, podrían continuar en ascenso la ingesta de los vinos blancos y rosados, y de los vinos espumosos.

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El mayor país consumidor “per capita” de vino es Portugal, con 61,7 litros por persona y año, seguido de Francia, con 45,8 litros p.c.; Italia, con 42 litros; Suiza, con 31,8 litros, Austria, con 30,1 litros; Alemania, 26,6 litros; Australia, con 25,5 litros; República Checa, con 24,4 litros, y en un discreto noveno puesto, España, con 24 litros por persona y año, por delante de un país no productor, como Holanda, con 23,1 litros, y de otro, donde la producción es testimonial aún como Reino Unido, con 23 litros.

Producción históricamente baja

En cuanto a la producción mundial de vino en 2023, ésta se contrajo un 9,6 % y en 25,3 millones de hectolitros, descendiendo hasta apenas 237,3 millones, que es el volumen más bajo desde 1961. Las negativas condiciones meteorológicas, como sequías, lluvias torrenciales y heladas, sumado al impacto de las enfermedades fúngicas, afectaron de forma ostensible a buena parte de los viñedos del mundo.

Francia relevó a Italia en 2023, después de muchos años, y lideró la producción mundial, con 48 Mhl, con un aumento del 4,4% y de 2 millones, seguido del país transalpino, con apenas 38,3 Mhl, un 23,2% y 11,5 millones menos, y de España, con solo 28,3 Mhl, un 20,8% y 7,5 millones menos, a causa de factores desfavorables como la sequía, heladas, pedrisco, lluvias torrenciales…etcétera.

La suma de estos tres primeros países productores a nivel mundial supone cerca de la mitad (48,2%) de la producción mundial, seguido de Estados Unidos (24,3 Mhl y +8,5%), Chile (11 Mhl, -11,4%), Australia (9,6 Mhl, -26,2%), Sudáfrica (9,3 Mhl, -10%) y Argentina (8,8 Mhl, -23%).

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Para el director general de la OIV, el mayor reto para el sector vitivinícola mundial es ahora mismo el cambio climático, puesto que "es difícil determinar si la reducción de la demanda es una tendencia o no a largo plazo".

Comercio internacional

El menor dinamismo del mercado fue determinante para una reducción del comercio mundial de vino. Las exportaciones bajaron en volumen un 6,3 %, hasta 99,3 millones de hectolitros y algo menos en valor, un 4,7 % menos, hasta sumar 36.000 millones de euros, el segundo registro más elevado, solo por detrás del de 2022, gracias al incremento en un 2% del precio medio del vino comercializado, que se situó en 3,62 euros por litro, un máximo histórico que, sin embargo, no fue suficiente para elevar la facturación total por encima de la del año anterior.

Por volumen, los principales exportadores fueron Italia, con 21,4 Mhl (-1%), seguido de España (20,8 Mhl, un 2,9% menos) y de Francia (12,7 Mhl, -5,8%). Por valor de las ventas, en cambio, fue Francia la que, como en años anteriores, lideró la factura con diferencia, con 11.937 millones de euros (-2,8%) seguido de Italia (7.735 M€ y -0,8%)) y mucho más lejos de España (2.910 M€, -3,2%), que sigue dependiendo mucho del volumen (57%) de vino exportado a granel, que es el porcentaje más elevado de los 12 mayores países exportadores, a bajo precio.

Lento declive de la superficie mundial

En 2023, la superficie mundial de viñedos continuó su lento declive por tercer año consecutivo, al reducirse un 0,5% y en 35.000 hectáreas, hasta los 7,2 millones, respecto al año anterior, impulsada por el arranque de plantaciones en las principales regiones vitícolas de ambos hemisferios.

Aun así, España continúa siendo el país con mayor masa vegetal vitícola (13,1 % del total y 945.000 ha, un 1% y 10.000 ha menos), seguida de Francia (11% del total y 792.000 ha, un 0,4% y 3.000 ha menos); China (10,5% y 756.000 ha estimadas, un 0,3% y unas 2.000 ha menos) e Italia (10 % y 720.000 ha, un 0,2% y unas 2.000 ha más).

En 2018, la superficie plantada de viñedo para vinificación a nivel mundial ascendía a 7,352 millones de hectáreas, en 2023, de 7,202 millones, es decir, un 2,04% y 150.000 hectáreas menos.

Vendimia del Hemisferio Sur

La OIV avanzó también la vendimia primaveral en los países productores del Hemisferio Sur, con una previsión global de descenso de aproximadamente un 5 % este año respecto al año pasado, cuya producción fue baja, aunque con diferencias según regiones.

Según la OIV, se prevén descensos de producción de vino en Chile (-10 %, 9,9 MHl) y en Brasil (-5 %, hasta 3,4 Mhl) y, por el contrario, incrementos en Argentina (+27 %, 11,2 Mhl), Australia (+21 %, 11,7 Mhl) y Suráfrica (+1 %, y 9,4 MHl) y, en estas fechas, no se dispone aún de datos de Nueva Zelanda, país cuya producción ha ido en aumento, salvo en 2023, cuando alcanzó los 3,4 Mhl, un 5,8% y 200.000 hl menos que en el año anterior, que fue récord con 3,8 millones.

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