Podría decirse que España es la primera colmena de Europa productora de miel, con cerca de un 16% del total y de 2,86 millones de instalaciones, por delante de Francia (10,4% y 1,64 millones), Grecia (19,1% y 1,58 millones), Italia (8,4% y casi 1,32 millones). Además, un 80% de las mismas y casi 1,97 millones de colmenas están en manos de profesionales, el porcentaje más alto y casi el doble que la media de la Unión Europea, que es del 40,5%.
Son algunos de los datos recogidos en un interesante Informe de “Indicadores Económicos del sector apícola en 2017” del Ministerio de Agricultura, en el que se señala que el censo de colmenas se encuentra estabilizado en los últimos años, aunque ha registrado un incremento del 20% en la última década.
En cambio, si nos vamos al número de apicultores, nuestro país ocupa un lugar discreto, con 23.816, un 3,93% de los 606.082 existentes en la UE, muy por detrás de los 116.000 (19,14% del total) con que cuenta Alemania; los 62.575 (10,32%) con que cuenta Polonia; los 50.000 (8,25%) que dice tener Italia; los 49.486 (8,16%) de la República Checa; los 41.560 (6,86%) de Francia o los 37.888 (6,25%) de Reino Unido.
Un 22,5% de los apicultores españoles son profesionales, con 5.361, muy por encima de la media comunitaria que solo alcanza un 5,20% del total, solo por detrás de Grecia, con un 39,53% y 9.716, pero por delante de Italia (5.357 y un 10,71%) y del resto de países comunitarios.
Según los últimos datos del Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA), a 1 de enero de 2018, nuestro país contaba con 31.527 explotaciones apícolas, de las cuales el 18,2% y 5.537 se dedicaban a esta actividad con carácter profesional; otras 23.952 explotaciones eran no profesionales y otras 2.038 tenían una capacidad productiva desconocida.
El mayor número de explotaciones profesionales estaba en Extremadura, con un 58% del total y 930; seguido de Andalucía, con un 33% y 1.658; Región de Murcia, con un 31% y 200 explotaciones y Castilla-La Mancha, con un 18% y 406.
El mayor número de explotaciones apícolas profesionales o no estaba en Castilla y León, con 5.458 (17,3%), seguido de Andalucía, con 5.008 (15,88%); Galicia, con 4.213 (13,4%); C. Valenciana, con 2.329 (7,4%); Castilla-La Mancha, con 2.197 (7%), etc. De 2008 a 2018, el número de explotaciones apícolas aumentó más de un 30%, desde 23.961 a 31.527, aunque las profesionales solo han crecido un 9%, desde 5.066 de 2008 a las 5.537 de principios de 2018, mientras que las no profesionales lo han hecho cerca de un 50%, desde 16.119 a 23.952.
Por sistema productivo, un 60% de las explotaciones son estantes, con 18.080, el 40% restante trashumante, con 12.640. Castilla y León (4.623), Galicia (4.171), Asturias (1.640), Cataluña (1.503) y Castilla-La Mancha (1.116) lideran las ganaderías apícolas estantes. Andalucía (3.732), C. Valenciana (2.203), Extremadura (1.422), Aragón (1.305) y Castilla-La Mancha (1.071), las trashumantes.
Por su clasificación zootécnica, tres cuartas partes de las explotaciones, con 19.812, son productoras de productos apícolas (miel, cera, polen…); 8.582 tienen un carácter mixto; otras 2.495 sin clasificar; 375 se dedican solo a la polinización, y 58 son de selección y cría de abejas.
De los casi 2,87 millones de colmenas, un 22% y 622.894 están en Extremadura; un 20% y 562.680 en Andalucía; un 16% y 448.233 en Castilla y León; un 12,55% y 360.245 en la C. Valenciana; un 6,6% y 190.989 en Castilla-La Mancha; un 5,71% y 163.832 en Galicia, etc.
Un 80% del número de los casi 2,87 millones de colmenas son trashumantes, con 2.328.320, es decir, se trasladan e instalan allí donde hay flores y plantas que polinizar); otras 508.056 son estantes y 33.068 no declaran su sistema productivo.
Producción de miel y cera
Con datos últimos de 2016, la producción de miel fue de 31.018 toneladas y la de cera de 1.667 toneladas. Tras recuperarse la producción mielera, después del acusado descenso en 2012, debido a las malas condiciones climáticas, en 2016 volvió a registrarse una disminución del 7,2% respecto a la campaña del año anterior.
Los resultados en 2017, según fuentes del sector, no fueron los esperados por la fuerte sequía, lo que dio lugar a unos rendimientos bajos y, por tanto, con una producción descendiente, quedando lejos de los 35.279 toneladas en 2003 o los 34.624 tn de 2001. En cambio, la producción de cera se ha mantenido bastante estable.
Comercio exterior
Durante 2017, las importaciones de miel por parte de España fueron de 33.619 toneladas (+15,9% y 4.609 tn más que en 2016), seguramente más que lo producido el pasado año en nuestro país. De esa cantidad, 17.511 tn (+9,2%) sería miel extracomunitaria y 16.108 tn (+24,2%) miel de la Unión Europea. Es el volumen más alto desde al menos el año 2005.
Un 57,9% de las importaciones españolas de miel llegaron desde China, con 10.130 tn; otro 12,3% y 2.151 procedieron de Argentina; un 11,9% y 2.082 tn de Ucrania; un 9,7% y 1.697 tn de Uruguay; otras 439 tn (2,5%) de Cuba y 414 tn (2,4%) de México. El mayor volumen llegado de China fue en 2015, con 17.847 tn, casi un 80% del total importado de terceros países en ese año. Desde Argentina, el récord importador fue en 2016, con 3.410 toneladas (21,3%)
Por el contrario, las exportaciones de miel fueron de 24.831 tn (-7,2% y 2.082 tn menos), unas 19.481 tn (-6,5%) se dirigieron a otros países de la UE y 5.349 tn (-12%) a destinos extracomunitarios. En 2015 se marcó récord exportador, con 30.208 toneladas.
Un 35,1% y 6.835 tn de las exportaciones españolas de miel hacia la UE se dirigieron a Francia; otro 20,4% y 3.973 tn a Alemania; un 9,4% y 1.827 tn a Italia; un 9% a Portugal, etcétera.
Desde 2008, el mayor ejercicio importador fue 2017, con 33.619 tn, con más miel importada desde países de la UE que nunca, con 16.108 tn, aunque no desde terceros países, pues en 2015 se importaron 22.356 tn de mieles extracomunitarias y un año antes 17.591 toneladas.
En la exportación, el mejor ejercicio fue el de 2015, con 30.103 toneladas. Las ventas de mieles hacia otros países de la UE registró su mejor ejercicio en 2015, con 25.993 tn exportadas, mientras que hacia países terceros, fue 2016 el que más se exportó, con 6.081 toneladas.
En 2017, mientras que la facturación por importación de mieles fue de 75,63 millones de euros, el más elevado desde 2008, el valor de lo exportado alcanzó los 98,4 millones, a pesar de vender fuera una menor cantidad, también el más alto.
La Unión Europea es ampliamente deficitaria de este alimento. Las importaciones de miel en 2017 fueron de 208.360 toneladas, un 7,2% y casi 14.000 tn más que un año antes, marcando un récord histórico. Por el contrario, las exportaciones se mantuvieron estables en 21.522 toneladas. En otros términos, la UE importó cerca de 10 veces más que lo que logró exportar.
Los países que más vendieron en 2017 miel a la UE fue China, que copó casi un 38% del total, con 78.492 toneladas, seguido de Ucrania, con un 22,7% del total y 46.941 tn; Argentina, con un 12% y 24.826 tn; México, con un 10,1% y 20.857 toneladas, etcétera.
Por el lado de las exportaciones, el primer destino de las mieles comunitarias fue Suiza, con 3.154 tn (14,6%); seguido de Japón, con 2.905 tn (13,5%); Estados Unidos, con 2.568 tn (11,9%) y Arabia Saudí, con una cantidad similar, Israel, con 888 toneladas (4,1%), etcétera.
Abastecimiento de miel
El balance de abastecimiento de la miel en España parte de una producción utilizable estimada de 32.211 toneladas, que no tiene que ver con la producción real, que se estima inferior incluso a la de 2016. A este volumen se suman otras 33.619 tn de importaciones totales y, por el contrario, se restan 24.831 tn que habrían ido a exportación, dejando como resultado una oferta utilizable interior de prácticamente 41.000 toneladas.
El consumo humano aparente (kg/persona) se estima en 0,9 kg/per capita, unos 0,2 puntos porcentuales más que en el año anterior, con lo que el autoabastecimiento es bastante negativo, quedando en el 78,6% sobre 100, que sería el nivel de equilibrio, en todo caso superior a la media comunitaria que se queda aún más por debajo, siendo del 65%.