Antonio Guillem. Coordinador de proyectos Fundación Global Nature
Hace 25 años que el último pastor salió del Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca. Hasta este año, en el que treinta vacas con certificación ecológica procedentes de Vistabella, en la Sierra del Maestrazgo de Castellón, han hecho entrada en el Parque.
La acción se llevó a cabo con el único ganadero de ternera ecológica de la Comunidad Valenciana, Fernando Robres, que fue invitado a la presentación del proyecto LIFE Paludicola el pasado 12 de diciembre de 2017 en Torreblanca, para que conociera el proyecto. Recordemos que una de las acciones de este proyecto LIFE es la recuperación de la ganadería como método de gestión tradicional de la vegetación.
Para poner en contexto, si nos remontamos a hace 25 años, el descenso de la actividad ganadera y la declaración del Parque, hizo que muchos ganaderos cesaran su actividad. El abandono de esta actividad y del uso de los recursos vegetales provocó un aumento desmesurado del carrizal, creando grandes monocultivos de esta especie que actualmente cubren gran parte de la superficie del Parque. Además, esto deriva, año tras año, en la proliferación de incendios, creando, en ocasiones, daños a la flora y a la fauna irreparables.
El uso de animales herbívoros de un porte considerable, como las vacas o los caballos, permite que estas grandes masas vegetales cambien su morfología, al crear pasillos que a su vez actúan de cortafuegos cuando se declara un incendio. También al acostarse los animales crean zonas donde tumban la vegetación, haciendo claros en el carrizal que permiten ser colonizados por otras especies vegetales. Al mismo tiempo, los excrementos de estos herbívoros atraen multitud de insectos y estos, a su vez, a las aves que se alimentan de ellos.
La vuelta de las vacas
Con estos ingredientes, y tras conversaciones entre ayuntamientos, Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Fundación Global Nature y el ganadero Fernando Robres, el pasado día 5 de febrero, las 30 treinta vacas con certificación ecológica procedentes de Vistabella hicieron su entrada en el Parque Natural.
Para esta primera experiencia se vallaron 40 hectáreas con un pastor eléctrico que financió el proyecto LIFE y se les hizo un aporte de pienso a las vacas, debido al incendio que se produjo durante su estancia en el Prat y que redujo la vegetación de la cual se alimentan.
El camino se realizó durante tres días mediante trashumancia, acompañadas de pastores a pie y a caballo como hace 25 años. Los animales grabarán este camino en su memoria y lo repetirán el año que viene a un paso más ligero, tal y como explicó su propietario, Fernando Robres.
El primero de muchos
Robres ha estado tres meses en esta primera prueba que ha resultado exitosa, pero se espera que otros ganaderos soliciten una estancia permanente en el Prat. La trashumancia se define como un tipo de pastoreo en continuo movimiento, adaptándose en el espacio a zonas de productividad cambiante. Este proyecto de recuperación de la ganadería como método de gestión de la vegetación y contra incendios espera que otros ganaderos soliciten a la dirección del Parque Natural meter más ganado en los próximos años.
Esta trashumancia también genera beneficios en su recorrido, ya que los animales a su paso van limpiando el sotobosque y los márgenes de los caminos. Y no solo es un beneficio ecológico ya que empresas de turismo activo pretenden acompañar a caballo estas trashumancias generando así beneficio económico. La empresa vende un paquete turístico completo de paseo a caballo, alojamiento y comida.
En el futuro se pretende aumentar la superficie pastable dentro del Parque en base a la demanda ganadera y evitar el aporte de piensos por la desaparición de incendios.