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Una PAC y un greening más verde, pero... ¿cómo? (y parte II)

JD

… y otro paseo por lo que quedó fuera del greening

Uno de los grandes logros de los países mediterráneos durante las negociaciones del greening fue sacar a los cultivos permanentes del greening. Efectivamente, los cultivos leñosos no necesitan acogerse a estas medidas. Puede que conceptualmente no sea exactamente así, pero en la práctica es asumir que los cultivos leñosos per se cumplen con las medidas. Y eso es lo que les pasa a los agricultores ecológicos, por ejemplo. Hay diferencias, eso está claro (por ejemplo, en el pago), pero en ambos casos estamos asumiendo una igual contribución a la biodiversidad… y esto, con los datos en la mano, es muy discutible.

En Europa la superficie de cultivos leñosos no es significativa con respecto al total de la superficie agraria, pero en el sur los cultivos permanentes son prácticamente la mitad de nuestra agricultura. En su momento se habló la dificultad de aplicar las medidas generales del greening, que se trataba de cultivos con bajos inputs, que el impacto asociado a esos cultivos no era relevante, etc. Quizás el miedo “a lo que se nos venía encima” hizo que hubiera un apoyo masivo a quedarse fuera, por si las moscas. Que los cultivos permanentes requerían medidas diferentes a las actuales era una cuestión más que obvia. Pero que fueran imposibles o irrelevantes desde el punto de vista técnico y ambiental, eso ya es otra cuestión. No todos los cultivos leñosos en nuestro país son cultivos con bajos inputs, ni con impactos reducidos, ni todos están en secano. De hecho, la superficie de leñosos en nuestro país se ha intensificado en las últimas décadas y no atender a estos impactos sería mirar hacia otro lado. Pero de nuevo, no miremos las barreras sino las oportunidades. ¿Acaso nuestras producciones olivareras, de frutos de cáscara, frutales y viñedo no podrían beneficiarse una política activa en este sentido? Sectores que tanto dependen de los mercados, de la exportación, de estrategias a largo plazo y estables, de la diferenciación y calidad ¿no podrían reclamar políticas activas que apoyasen su calidad y su contribución a la conservación del medio y del clima? El cultivo de cubiertas vegetales naturales o sembradas durante unos meses del año (en función de cada región) sería una medida muy fácilmente aplicable y supondría frenar radicalmente el deterioro de más del 10% de los suelos de toda España (5 millones de hectáreas que suman el olivar, viñedo, almendro y otros potenciales cultivos leñosos susceptibles de poder incorporar estas cubiertas). Las SIE antes mencionadas también podrían aplicarse en cultivos leñosos con cierta extensión. El control de ciertas plagas con métodos no químicos, como ya se hace en muchos cultivos, podría ser una medida fácilmente aplicable y que ayudaría a reducir costes productivos, darle valor añadido a las cosechas, reducir las trazas de agroquímicos en frutas de exportación, etc.

Los cultivos herbáceos con presencia de agua permanente, como el arroz, son otro de los cultivos exentos. Por la dificultad de aplicarles las medidas del greening y porque ya tienen medidas en el segundo pilar que garantizan su papel de superficie de alto valor ambiental… pero de nuevo, nada mejor le vendría a un sector como el del arroz en nuestro país reclamar unas medidas específicas con las que diferenciar y defender su producción. La conservación de hábitat naturales (carrizales, zonas naturalizadas, etc.) asociadas a estos cultivos, de nuevo las SIE, supondrían una aportación inigualable a la biodiversidad, y de nuevo aportarían valor añadido a una producción que ya no puede competir en precio sino en calidad. La reducción de la presión fitosanitaria es también un aspecto fundamental para garantizar que las medidas actuales y propuestas tengan sentido.

Finalmente, otro gran reto para el futuro de la PAC que ha quedado fuera es encontrar sinergias con la aplicación de otras normativas ambientales comunitarias, como es la Red Natura 2000. La Red Natura 2000 representa la biodiversidad europea y por tanto nuestro patrimonio natural de mayor valor.  El Greening y la RN2000 deberían estar alineados en este sentido. Se hizo ya un esfuerzo con la elaboración del Marco de Acción Prioritaria para la Red Natura 2000, un buen punto de partida, pero solo con el anhelo de seguir trabajando.

¿Una barrera para el sector? Mejor: una oportunidad para avanzar…

El greening nació con la idea de condicionar pagos directos al cumplimiento de medidas que fueran sencillas, generalizadas, anuales y no contractuales, y que por supuesto tuvieran un claro beneficio sobre el clima y el medio ambiente. La estrategia era mover un gran grupo de agricultores, aunque fuera un pequeño paso.

Este objetivo se ha logrado en parte, ya que en el 72% de la superficie agrícola de la Unión Europea se aplica al menos alguna medida del greening. Los informes comunitarios hablan del gran potencial de influencia del greening, aunque quizás esta afirmación requiere un pequeño matiz: el hecho de aplicarse sobre una gran superficie no significa necesariamente que tenga una influencia significativa en materia ambiental, como se puede desprender de las líneas anteriores. Lo que sí parece estar claro, a la vista de la primera evaluación de los resultados, es que la productividad de la agricultura comunitaria no ha caído con la aplicación del greening, y los expertos han identificado otros factores que parecen tener una influencia mucho más decisiva en la competitividad que la aplicación de esta política. O dicho de otro modo, el greening no es una barrera a la competitividad ni limita las producciones agrícolas. Curiosamente, el proyecto LISA arroja unos resultados interesantes en este sentido en España: además de ser uno de los países con mayor biodiversidad, los mayores índices de valor ambiental se dan en parcelas con intensidad de uso medio (y no en parcelas muy extensivas como cabría esperar, con menores rendimientos y menor competitividad esperada) debido a que hay una amplitud máxima de condiciones para el desarrollo de la biodiversidad. Es decir, ni el greening es una barrera económica ni su aplicación más efectiva implicaría renunciar a la productividad.

Todo ello nos lleva a pensar que el greening, al menos en España, más allá de aprovechar el potencial para generar cambios positivos sobre el sector y el medio ambiente, se ha acomodado a la realidad ya existente. Ante los escenarios previstos de cambio climático en Europa, tan poco esperanzadores para la zona sur, parece que deberíamos preocuparnos más por buscar soluciones efectivas que confiar simplemente en mantener el tipo. La subida generalizada de temperaturas, la disminución de las precipitaciones junto con una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos dibuja un escenario complejo y unos impactos en nuestro sector que ya empezamos a conocer: pérdida de rendimientos, pérdida de las condiciones del suelo, desplazamiento de ciertos cultivos, empobrecimiento de suelo, nuevas plagas… Añadamos a esto que, nuestros vecinos del norte, en pocas décadas comenzaran a competir con algunas de nuestras producciones actuales. Tenemos ante nosotros una de las políticas más importantes de la UE, con una proyección a largo plazo, con una de las mayores dotaciones económicas y con suficiente flexibilidad para proponer soluciones alternativas a la actual. Y por otro lado, somos uno de los países con más peso agroalimentario y con unas previsiones climáticas de las más pesimistas. Seamos creativos, sentemos a unos y a otros en la mesa, y pensemos en la agricultura que queremos.

Súmate al cambio…

La Comisión Europea tiene abierta actualmente una consulta pública sobre la PAC hasta el próximo 2 de mayo. Desde Fundación Global Nature estamos apoyando la campaña Living Land (www.living-land.org).

Consideramos que es importante impulsar una PAC más justa y sostenible, y para ello es importante que todos tomemos parte y haya una respuesta masiva. Os animamos a echar un vistazo a esta campaña y sumaros a la misma, incluyendo vuestro apoyo como entidad (logo) en el siguiente enlace: www.living-land.org/join-us. Además, en esta misma web podéis encontrar unas recomendaciones para responder a la consulta abierta por la Comisión Europea: www.living-land.org/cap/. Esta consulta se puede responder a título personal o como entidad.

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