Los representantes de la flota han difundido estos datos durante la presentación de la campaña “La huella positiva”, impulsada por Pesca España -que aglutina a las principales organizaciones pesqueras del país- para exponer los mitos y las realidades del arte de arrastre.
El objetivo es llamar la atención sobre la importancia social de este segmento de flota y resaltar sus esfuerzos para disminuir el impacto ambiental y ejercer una actividad sostenible, frente a las dificultades que atraviesa, entre las que destacan los “ataques” de la Comisión Europea (CE) y de ONG ambientalistas.
El presidente de Pesca España, Javier Garat, ha subrayado que propuestas como el plan de acción de la CE para restringir el arrastre en zonas protegidas en 2030 se sustentan en “argumentos falsos” sin base científica que ponen en riesgo el propio suministro de pescado de origen comunitario.
Esta flota genera 700 millones de euros en primera venta en España, lo que “se multiplica por cinco” a la hora de calcular su valor (3.500 millones de euros).
En la UE representa a 7.000 barcos, el 38 % de los ingresos de la pesca comunitaria y 2.000 millones en primera venta, según ha afirmado Garat en el acto, presentado por la directora general de Efeagro, Laura Cristóbal.
En España los arrastreros extraen 300.000 toneladas, un tercio de las capturas de la flota nacional, de especies como la gamba roja, la cigala, las galeras, el fletán negro, la acedía o el lenguado y en cantidades menores la merluza y el bacalao.
“Pedimos a los políticos que no adopten medidas a la ligera”, según Garat, quien ha defendido los avances de la flota durante los últimos años para que su actividad sea responsable y ha alertado de que su desaparición también tendría un impacto cultural “grande”.
Reducción del impacto ambiental y competencia con sectores
El presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA, en sus siglas en inglés), Iván López, ha resaltado, entre los falsos mitos, la idea de que la flota pesca de una forma primitiva, pero la realidad es que se han cambiado los materiales y esta flota “captura un 20 % de lo extraído hace 40 años”.
Asimismo, ha apuntado la gran competencia por el espacio de la pesca con otros sectores económicos como la minería o la energía eólica y en este último caso ha citado las “excepciones” que propone la CE a la Ley de Restauración de la Naturaleza para promover la instalación de sus molinos en el mar.
“Somos los primeros interesados en conservar el fondo, prohibir el arrastre sería como prohibir los tractores en la agricultura”, según López.
Tanto Garat como López han asegurado que el impacto de la flota está “delimitado” y controlado, que existen medidas para evitar el daño a ecosistemas vulnerables y que acaba el arrastre de la UE el pescado importado de otros países terceros ocupará su lugar entre los consumidores.
Incluso en el panorama actual de descenso del consumo de pescado, ha añadido López, las campañas “anti-arrastre” favorecerán que el ciudadano opte por otras proteínas.
Pesca España también ha señalado la contribución de los consumidores a la reducción de las basuras marinas.
La flota de bajura en el Mediterráneo
El presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape) y gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almería (OPP 71), José María Gallart, ha explicado que en el Mediterráneo los arrastreros son flota de dimensión familiar y tienen entre 12 y 18 metros de eslora.
Asimismo ha expuesto que los pescadores están colaborando con los bancos de alimentos y promoviendo campañas en los colegios para divulgar la profesión y el consumo de pescado.
En el acto ha participado el director general de la empresa de tecnología pesquera Simrad, Agustín Mayans, que comercializa las “puertas voladoras”, una innovación que se aplica en gran parte de la flota arrastrera, que reduce el impacto en el suelo marino y que ahorra combustible.
Mayans ha opinado que la reconversión del sector pasa por la innovación tecnológica y por la formación.
A este respecto, los responsables de la flota han reclamado también más flexibilidad y cambios en los programas formativos para permitir la incorporación de jóvenes al sector.