Hoy en día es indiscutible la relación que tiene una alimentación saludable con una buena salud. La dieta mediterránea, además de ser patrimonio de la Humanidad, es uno de los modelos dietéticos más saludables del mundo y nuestro país tradicionalmente ha seguido este modelo. Gracias entre otros motivos a nuestras costumbres alimentarias tan saludables somos el país más longevo de la Unión Europea.
Sin embargo, numerosos indicadores nos alertan de que nos estamos alejando de este tipo de dieta. Los cambios socioeconómicos que se han producido en las últimas décadas están fomentando este alejamiento. A la vez se está produciendo un auge de las patologías relacionadas con una mala alimentación, como son la obesidad y el sobrepeso. En España, más de la mitad de la población adulta no tiene un peso saludable, pues o bien padece sobrepeso o bien obesidad. En concreto el porcentaje de obesidad en España entre la población adulta es del 17%. Si nos fijamos en la población infantil encontramos datos alarmantes ya que el 18,4% de los niños padece obesidad. No en vano la obesidad infantil es catalogada ya por algunos medios como la “pandemia del siglo XXI” en España y en Europa.
Preocupan también las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de mortalidad en España y que tanta relación tienen con una alimentación saludable, y en concreto con el pescado por las propiedades beneficiosas de los ácidos omega-3, especialmente recomendados para este tipo de enfermedades. Estas patologías causan 5 millones de estancias hospitalarias al año en España, lo que se traduce aproximadamente en un gasto sanitario de 9.000 millones de euros.
Mientras los datos de las enfermedades relacionadas con una mala alimentación aumentan en nuestro país, el consumo de pescado está descendiendo. Esta tendencia bajista se viene dando desde hace unos años. En 2013, el consumo de pescado en España era de 26,84 kg por persona y año. En cambio, en 2015 el consumo ha sido de 25,47 kg per cápita. Este consumo es especialmente bajo en familias con niños pequeños. El Ministerio ofreció la escasa cifra de 5,08 kg por persona y año para el consumo de pescado en estas familias, donde además es especialmente necesario para el desarrollo infantil.
El consumo de pescado es imprescindible para una dieta equilibrada, sin embargo sabemos que nuestra población no consume la cantidad suficiente, como apunta la Fundación Española del Corazón, que señala al escaso consumo de la población adulta y el pescado azul. También el pescado está especialmente recomendado para los niños, pues favorece un correcto desarrollo y estudios como el estudio ALADINO, entre las conclusiones, señalan la necesidad de que los niños consuman más pescado.
Todos sabemos que el pescado es un alimento esencial en nuestra dieta, pero muchas personas desconocen las razones por las cuales el pescado es tan imprescindible en nuestra alimentación. En este artículo te explicaremos las razones por las que es muy importante comer pescado. ¡Sigue leyendo!
1. El pescado aporta proteínas de elevado valor biológico: necesitamos ingerir proteínas en nuestra dieta, dado que intervienen en multitud de procesos orgánicos y están presentes en muchos tejidos. Las proteínas a su vez están formadas de aminoácidos. En general, nuestro organismo es capaz de generar estos aminoácidos. Sin embargo, existen algunos denominados 'aminoácidos esenciales' que debemos ingerir con los alimentos, dado que nosotros no los podemos fabricar. El pescado presenta buenos niveles de aminoácidos esenciales.
Además la proteína del pescado es de más fácil digestión que la de la carne (es asimilada con más facilidad por nuestro cuerpo), debido a que contiene menos tejido conjuntivo y grasa, además de ser proteína de elevado valor biológico.
2. El pescado es fuente de vitaminas y minerales: a menudo, cuando nos preocupamos por nuestra dieta, nos fijamos solamente en los hidratos de carbono, las grasas o las proteínas, olvidando que un correcto aporte de minerales y vitaminas es totalmente necesario para que nuestro organismo funcione correctamente.
En cuanto a los minerales, el pescado presenta variaciones en los niveles de estos nutrientes en función de cada especie, pero a grandes rasgos podemos decir que el pescado contiene buenos niveles de sodio, potasio, calcio, hierro, yodo y fósforo. Estos minerales intervienen en muchas funciones biológicas.
- Calcio: Lo podemos encontrar sobre todo en pescados que comemos con la espina, como las sardinas o boquerones.
- Hierro: Podemos encontrar mayores niveles de hierro en aquellos pescados que tengan la carne más oscura.
- Yodo: Lo encontramos en grandes cantidades en especies como el bacalao, o en los mejillones. Este mineral es necesario especialmente para el correcto funcionamiento del tiroides, glándula que produce varias hormonas que son las responsables de la regulación del metabolismo, entre otros procesos.
3. Fuente de Omega-3: El pescado, sobre todo el pescado azul, proporciona una buena cantidad de ácidos grasos poliinsaturados (ente los cuales se encuentra el famoso Omega-3). El Omega-3 se relaciona directamente con la prevención de enfermedades cardiovasculares. Un estudio finlandés sugirió que consumiendo pescado de 3-4 veces a la semana podemos reducir la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular en un 31%. Porcentaje a tener en cuenta en un país donde estas enfermedades son la principal causa de mortalidad y con sólo con la ingesta de pescado conseguiríamos reducir las probabilidades de aparición de estas enfermedades.
Otro estudio apunta a que si ingerimos de 3-4 g diarios de ácidos grasos Omega-3 podemos reducir la trigliceridemia en un 45%. La trigliceridemia puede propiciar la aparición de accidentes vasculares como trombos. Como ejemplo el salmón (especie de pescado azul) contiene 2,22 g de Omega-3 por cada 100 gramos, alcanzando más de la mitad de ingesta de Omega-3 para reducir nuestra trigliceridemia. Por comparar el pescado con un alimento cárnico, el beicon contiene 0,21 g de Omega-3 por cada 100 g.
En conclusión, debemos introducir el pescado 3 a 4 veces a la semana para llevar una alimentación saludable, pues es un alimento esencial que nos aporta nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, además de contener Omega-3, que nos ayuda a prevenir de forma muy eficaz la aparición de enfermedades cardiovasculares.