En contra de las previsiones para su aprobación el pasado mes de diciembre y que se comenzara a aplicar desde el pasado mes de enero, el nuevo plan para la renovación del parque de maquinaria agrícola se ha quedado a expensas de la formación del nuevo gobierno y las decisiones que se adopten en el Ministerio de Agricultura para su ejecución. La Administración popular asignó en el presupuesto para 2016 un montante de 5 millones de euros, una cifra igual a la asignada para el ejercicio anterior. Su aplicación se haría en unas condiciones similares. El pasado año, el coste para la Administración central fue de 4 millones de euros distribuidos entre unas 600 peticiones.
Según lo previsto por los populares, en relación con el desarrollo del plan anterior, una de las diferencias más importantes contempladas en la nueva disposición es que el cobro de las ayudas para la renovación de una maquinaria la percibirá directamente el propietario de la misma y no el distribuidor. Una segunda novedad es que la gestión de los fondos estatales la realizarán las propias Comunidades Autónomas a partir de una distribución de los mismos en función del número de maquinaria inscrita y de la edad de la misma según los censos oficiales.
En que consistirá
Este plan sería, en lo fundamental, una continuación del anterior en materia de ayudas. En principio, tendrían derecho a las mismas los tractores y maquinaria automotriz con una edad superior a los 15 años, con una ayuda base de 70 euros por CV. Cuando la inscripción de la potencia no sea obligatoria, se haría por una estimación en relación con su potencia fiscal.
Para los tractores se prevé una ayuda base de 7.000 euros que podría llegar a los 11.000 si el mismo supone una mayor eficiencia energética, con un techo del 30% de la inversión. En la maquinaria automotriz, la ayuda base sería de 14.000 euros con posibilidad de llegar a los 15.000 si la maquinaria aporta eficiencia energética, también con el techo del 30% de la inversión. En los casos de sembradoras, cuando las mismas se sustituyan por otras preparadas para la siembra directa, la ayuda máxima podía llegar a los 5.000 euros, también con el techo del 30% de la inversión prevista. En el caso de sustitución de equipos para la aplicación de productos fitosanitarios y para abonadoras, la ayuda podría llegar a los 10.000 euros, el 30% de la inversión, cuando los mismos supongan una mejora en la eficiencia productiva. Se incluiría también la posibilidad de ayuda para la compra de cisternas destinadas a la distribución de purines con una ayuda máxima de 5.000 euros o el 30% de la inversión.
Desde los fabricantes de maquinaria se considera la necesidad de apostar por el apoyo al uso de equipos que supongan pasos adelante en la defensa del medio ambiente y el sostenimiento del territorio y en esa línea se hallarían los equipos pulverizadores, sistemas para la localización en el uso de los productos agroquímicos o los equipos para la siembra directa.
La aplicación de este plan viene determinada principalmente por dos razones. La primera, por tratarse de un parque de maquinaria muy envejecido donde, sobre un censo oficial de unos 800.000 tractores, se estima que una tercera parte tiene más de 20 años y la media supera los 15 años. Esta edad supone que muchos de esos tractores, generalmente además en manos de personas mayores, no cumplen las condiciones de seguridad, sobre todo en cabinas, para soportar determinados tipos de accidentes, como los vuelcos, que suponen una de las principales causas de muerte en el sector agrario.
La segunda razón es la necesidad de disponer de maquinaria nueva por razones medioambientales para reducir las emisiones de CO2. Desde la Administración se apuesta igualmente por una renovación de la maquinaria para lograr un ahorro en el consumo de combustible. En la misma línea se plantea el apoyo para la adquisición de maquinarias que incorporen las nuevas tecnologías en materia de informática, guía por GPS, etcétera, por lo que puede significar también para reducir costes de producción en el laboreo de las superficies, ahorrando semillas y fitosanitarios.
Para la Administración agraria es importante que en los procesos de sustitución de la maquinaria agrícola se impongan los criterios de eficiencia y la incorporación a la actividad de las últimas tecnologías que supongan un paso más para lograr una mayor competitividad. En esta línea, a corto plazo, no se descarta la posibilidad de incluir en las maquinarias sujetas a las ayudas la incorporación de los drones o para los vehículos aéreos no pilotados como una parte más para lograr esos mismos objetivos.
La adquisición de maquinaria y su mantenimiento supone una parte muy importante en los gastos de una explotación agraria, por lo que es fundamental una adecuación en la compra de la misma a las necesidades de cada explotación. En el sector agrario conviven dos situaciones muy diferentes. Mientras en unos casos hay un parque de maquinaria gravemente envejecido, en otros existe un exceso de potencia, con tractores modernos, que son una carga para los costes de la explotación.
En el caso de los tractores, tras una época dorada de ventas en los años noventa, cuando se llegaron a vender hasta unas 20.000 unidades año, en la última década esa cifra cayó a unos niveles mínimos de unas 7.000 unidades, según los datos manejados por los fabricantes de maquinaria Ansemat. En la actualidad, las ventas han iniciado una cierta recuperación hasta unas 10.000 unidades, aunque sigue en auge el mercado de maquinaria de segunda mano como alternativa a la caída de rentas. Desde los fabricantes de maquinaria se reclama a la Administración una rebaja del IVA en la compra de este tipo de maquinaria por ser parte clave en la actividad de las explotaciones.