Euroganadería

Gran disparidad de precios de las tierras agrícolas en la Unión Europa

Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez

El factor suelo se está convirtiendo, como ya lo son el agua y al aire, en uno de los más importantes para la actividad agraria, dada la creciente escasez, valga la paradoja, de tierras cultivables fértiles que, a la vez, sean productivas y sobre todo rentables. El valor de este insumo está, por tanto, fuera de toda duda, como lo demuestra la demanda al alza de los fondos de inversión y de capital riesgo. Su precio, en cambio, al menos en la Unión Europea, es múltiple y dependiente de otros muchos factores.

Las diferencias de los precios de las tierras agrícolas cultivables en los distintos Estados miembros son bastante grandes, según los últimos datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), que analiza la evolución en 19 de los 27 Estados miembros. Ello es debido a múltiples factores que determinan variaciones de hasta veinte veces entre unos y otros países.

Por lo general, los precios de este insumo muestran una tendencia al alza en los últimos años y en 2021 la media se situó en un amplio abanico de entre 3.661 euros por hectárea de Croacia y los 71.225  €/ha de Holanda (2020), mientras que por regiones, las Islas Canarias tuvo la hectárea más cara de Europa en 2021 , con una media de 120.477 €/ha, debido principalmente al cultivo de la platanera y a la escasa dimensión de las explotaciones, mientras que la región sueca de Övre Norrland es donde fue más baja, con apenas 1.882 € por hectárea.

Eurostat recalca que el precio de las tierras de cultivo depende de múltiples factores, entre los que están las leyes de cada Estado en este ámbito; factores regionales, como el clima, la proximidad a infraestructuras de comunicaciones; los elementos relacionados con la productividad, como la calidad del suelo, su pendiente o su drenaje, o la disponibilidad de agua para riego, así como la relación entre la oferta y demanda de este medio de producción, incluida la influencia que pueden ejercer las normas sobre la propiedad por parte de compradores foráneos. Todo sin olvidar que en el precio de este insumo puede ser determinante también el uso que se haga del mismo para otros fines distintos a los propios de la producción agrícola o de aprovechamiento ganadero.

Comprender los precios y las rentas de las tierras es un elemento clave para comprender también las perspectivas futuras de la agricultura, apunta Eurostat.

Compras y ventas

Los precios de la tierra agrícola (cultivable o pastos permanentes) hacen referencia al precio de una hectárea de tierra agrícola libre durante el periodo de referencia (un año). Según el Estado miembro, estos precios pueden obtenerse del propietario que vende (precio de venta) o de la persona física o jurídica que compra este insumo, habitualmente con fines agrícolas (precio de compra).

Dado que partían de niveles mucho más bajos por sus niveles generales de renta, el mayor crecimiento del precio de compra por hectárea de tierra cultivable entre 2015 y 2021 se registró en Rumania, con un alza del 273% y en la República Checa, con un aumento del 122%, mientras que otros países, como Estonia y Luxemburgo experimentaran alzas de más del 70% de media.

En ese periodo, los precios de las tierras cultivables se incrementaron en la mayor parte de los Estados miembros, aunque con tasas de crecimiento más bajas, con la excepción de Dinamarca, donde se redujo un 3% aproximadamente.

El precio de una hectárea de estos aprovechamientos varió en 2021 desde un mínimo de 1.423 euros de media en Bulgaria a los 41.930 euros de media en Luxemburgo, aunque llegando hasta 59.065 €/ha en los Países Bajos, con datos de 2020.

Comprar tierra cultivable siempre ha sido más caro que comprar pastos permanentes. En algunas regiones de la UE, de media el precio de la primera era de algo más de 20 veces más cara que la de los pastos.

Por ejemplo, en las islas griegas de la región del Egeo Norte, la tierra cultivable se cotizaba a 37.926 €/ha de media, mientras que la de pastos permanentes era de 1.744 €/ha, y en la Región de Murcia la relación era de 20.445 €/ha de media de la hectárea de tierra cultivable y 982 €/ha, la de los pastos.

Pero también se da el caso en que los pastos permanentes son más caros que las tierras cultivables, debido a la orientación productiva preferencial y de las limitaciones que existan, como ocurre en las regiones españolas de Principado de Asturias (8.096 €/ha de tierra cultivable y 9.536 €/ha de pastos permanentes) y de la Comunidad de Madrid (7.621 €/ha y 7.946 €/ha, respectivamente) y la región lituana de Sostinés (3.805 €/ha y 4055 €/ha, respectivamente).

Coste de los arrendamientos

Debido al precio que alcanzan las tierras, no todas son de propiedad de los agricultores que las trabajan, sino que muchos las alquilan o arriendan a corto o largo plazo. El coste del arrendamiento es otro factor que los agricultores o ganaderos tienen que tener en cuenta y absorber en los resultados de su negocio.

Al igual que con la variación de los precios de las tierras agrícolas (promedio de tierra cultivable y pastos permanentes), los precios de una hectárea arrendada varían mucho entre países y entre regiones de un mismo país. Es, además, siempre mucho más barato el alquiler de los pastos permanentes que las tierras de cultivo.

Las rentas de tierras agrícolas hacen referencia al precio del arrendamiento de una hectárea durante un año (periodo de referencia) con fines agrícolas (precio pagado del arrendamiento).

En 2020, por ejemplo, en Italia era donde más caro costaba alquilar una hectárea de tierra cultivable o pastos permanentes, con una media 837 €/hectárea y año, seguido de cerca por los Países Bajos (824 €/ha de media). En cambio, en Eslovaquia es donde fue más barata, con una media de 57 €/hectárea.

Por regiones, el promedio más alto del arrendamiento de una tierra cultivable o pastos permanentes se dio en 2020 en Fruili-Venezia-Giulia, a 1.714 €/ha, más del doble que el promedio nacional, mientras que las más baratas de la UE fueron Mellersta Norrland y Övre Norrland en Suecia, ambas con apenas 34 €/ha de media.

Como se observa, también en los arrendamientos de tierras agrícolas hay una enorme disparidad de precios dentro de la propia Unión Europea, tanto como factores que influyen y determinan esos precios.

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