La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha asegurado que la ganadería, muy especialmente la de carácter extensivo y semi-extensivo, es una actividad imprescindible, necesaria y beneficiosa para toda la sociedad. El secretario de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche, ha presentado ayer sus ideas en una cita en Bruselas organizada por Interbev con la participación de los ministros de Agricultura de Francia, Austria y Eslovenia, de eurodiputados y de instituciones como la FAO.
UPA defiende que la ganadería en Europa es una actividad sostenible, integrada en el territorio, que contribuye al mantenimiento de la vida en las zonas rurales, pues genera economía y empleo, y que reporta importantes beneficios medioambientales, al ser una pieza fundamental en el mantenimiento de zonas de pasto y de montaña, donde la presencia de animales es imprescindible para su correcto mantenimiento.
El propio Consejo Económico y Social Europeo (CESE) aprobó por unanimidad en diciembre el informe Beneficios de la ganadería extensiva y de los fertilizantes orgánicos en el contexto del Pacto Verde Europeo, impulsado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que forma parte de este órgano europeo.
Europa ha reconocido de forma unánime a la ganadería extensiva por su papel clave en el suministro de alimentos “sostenibles, sanos, seguros y de excelente calidad”, así como por la labor fundamental de la fertilización orgánica en el mantenimiento de la fertilidad de los suelos, y por su capacidad de retención de agua y en la lucha contra la erosión.
UPA defiende que es “imprescindible” salvaguardar y proteger la ganadería, asegurando precios justos para los productores y una ayuda adecuada en la PAC, reconociendo la importancia de prácticas como el pastoreo y todo el patrimonio cultural inmaterial que lleva consigo.
Las estrategias “De la Granja a la Mesa” y de Biodiversidad, así como el conjunto del Pacto Verde Europeo marcan un camino a seguir en el que la ganadería extensiva constituye un “modelo ejemplar de producción sostenible” en términos medioambientales, sociales y económicos, que contribuye al mantenimiento del paisaje, la biodiversidad, el desarrollo socioeconómico del medio rural, la protección del patrimonio cultural y etnográfico europeo, así como en la prevención de incendios y en la captación de CO2 de la atmósfera.