Con un valor medio en origen de unos 17.000 millones de euros, más de medio millón de empleo total, la producción de unos 26 millones de toneladas y una exportación en el último año de 12,6 millones de toneladas por valor de unos 13.000 millones de euros, el sector de las frutas y hortalizas es, sobre el papel, la joya de la corona del sector agrario. Produce, exporta y además crea empleo en zonas muy necesitadas de ello. Sin embargo, las apariencias engañan. Por debajo de esa imagen, hay otra realidad, en cuanto se trata de una actividad agraria sometida y expuesta a fuertes tensiones, riesgos o dependencia desde el inicio del cultivo hasta el final del proceso que afecta a todo el sector, pero muy especialmente a las zonas mayores productoras como la Comunidad Valenciana con cuatro millones de toneladas de cítricos, Murcia, con una producción de más de 2,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas, y Almería, con la producción de otros más de 3,5 millones de toneladas.
Aunque los problemas tienen un impacto diferente en cada una de las zonas, las debilidades del sector de las frutas y hortalizas se podían resumir en una docena de agujeros negros:
Agua
Con el Levante y Almería como los principales afectados, y más en la última campaña por la sequía prolongada, la falta de agua constituye la primera amenaza para el sector, sin que las medidas adoptadas hasta la fecha, desaladoras, reciclajes o trasvases hayan dado una respuesta de futuro al problema. El agua puede modificar su curso antes de llegar al mar, la climatología, los microclimas no pueden cambiar de sitio. Miles de manifestantes en Madrid reclamaban recientemente ese pacto por el agua equilibrado, consensuado y solidario que defienden en el Congreso los políticos, en lugar de llamar las cosas por su nombre.
En la campaña actual, las previsiones de falta de agua suficiente en los últimos meses han provocado la reducción de superficies de cultivo de brócoli, lechuga o coliflor al aire libre en Murcia y puntos de Alicante y Almería en un volumen superior a las 6.000 hectáreas, según los datos manejados por la organización Proexport, para producir provisionalmente en zonas como las Vegas Bajas del Guadiana en Extremadura, en zonas del Guadalquivir en Sevilla, en la zona de Los Llanos en Albacete y en el Delta del Ebro región.
Esta deslocalización se ha realizado ante la necesidad de las empresas de mantener una producción para atender sus compromisos con la distribución. El resultado ha sido negativo por la climatología adversa habida en esas zonas, fríos, hielos y finalmente inundaciones, junto a un aumento del coste en logística.
Semillas
En manos de unos pocos grandes grupos de empresas multinacionales que en realidad son quienes marcan las tendencias de la demanda frente a la inexistencia en los niveles deseables de líneas investigación en esa parcela desde de las entidades públicas.
Operadores concentrados
Aunque unas 500 cooperativas en el sector controlan aproximadamente el 40% de la producción y entre ellas haya algunas importantes como Anecoop en cítricos, Unica Group, Alimer, Granada La Palma, Hortofrutícola Costa de Almería, Cooperativa San Isidro, Vicasol, etc., en hortalizas, que concentran un volumen elevado, sin embargo, su peso es prácticamente insignificante para enfrentarse al poder de compra que tienen en sus manos poco más de media docena de grandes grupos de la distribución europea que operan en origen. Medios del sector llegan a situar en manos de esos grupos casi el 80% de las ventas en origen, frente a solo un 20% que se sigue comercializando a través de los “mercas”.
De entre esos grandes grupos, por el inicio de su actividad, destaca Socomo, Sociedad de Compras Modernas, del grupo Carrefour, constituida en 1987 que actualmente se mantiene como una gran compradora con la adquisición en el último ejercicio de 480.000 toneladas de frutas y hortalizas valoradas en 688 millones de euros, de las que 257.684 toneladas se destinaron a las tiendas del grupo en España, mientras otras 221.768 toneladas se exportaron para los centros del grupo.
Por el volumen de compras destaca el grupo Lidl con unas adquisiciones de frutas y, fundamentalmente de hortalizas, de 1,4 millones de toneladas, de las que exporta 1,2 millones de toneladas, aproximadamente el 8% de todas las exportaciones españolas de frutas y hortalizas para sus 10.000 tiendas en Europa. El grupo Auchan, Alcampo, a través de su sociedad Zenalco, opera en la misma dirección, tanto para sus tiendas en España, como para las de otros países del grupo con un volumen estimado de unas 300.000 toneladas. Esta estrategia se repite en los grupos alemanes Aldi, con unas 5.000 tiendas en una decena de países o de Tengelman, Edeka con la compra de unas 300.000 toneladas, al igual que sucede con Rewe para proporcionar frutas y hortalizas a unos 15.000 establecimientos cooperativos. Iberiana Frucht, compra más de 200.000 toneladas para un centenar de socios en países como Alemania, Austria, Italia, Eslovaquia o la República Checa, mientras Coop Trading lo hace para el suministro de grupos de tiendas cooperativas en países del norte como Suecia, Noruega y Dinamarca.
En España, las mayores compras corresponden a Mercadona, aproximadamente un millón de toneladas, según los datos manejados por el grupo. La firma valenciana ha tenido tradicionalmente un solo proveedor para algunos productos como los melones. En la actualidad, para la mayor parte de los productos de frutas y hortalizas, lo hace con varios proveedores con quienes suscribe contratos puntuales.
Desde Almería, los responsables de Asaja y el portavoz de la COAG en el sector, Andrés Góngora, denunciaron a la AICA por el incumplimiento de los plazos de pago y, sobre todo, por los contratos abusivos, dando lugar a la apertura de más de 60 expedientes.
Exportaciones con escasas aperturas
El resto de los países comunitarios y otros europeos suponen más del 90% de las ventas del sector en el exterior. Los productores reclaman a Bruselas la apertura de nuevos mercados en terceros países donde existe además la posibilidad de vender a buenos precios.
Importaciones en aumento y, sobre todo, sin control
En el último año, las entradas desde terceros países ascendieron a tres millones de toneladas con un incremento del 6% en volumen, mientras en valor lo hacían un 8,6% hasta los 2.526 millones de euros. El sector sufre las condiciones preferenciales que se contemplan diferentes acuerdos con terceros países en volumen y precios, a lo que se añade la escasa vigilancia en frontera para respetar esos compromisos, así como en calidad y las condiciones fitosanitarias.
Mercados cautivos
En el propio marco comunitario, el sector sufre la amenaza de unos mercados donde, en realidad, no existe el libre comercio frente a la normas del mercado único. Hay países donde han aplicado al sector los pagos directos desacoplados, lo que les permite tener unos ingresos añadidos y una posición más competitiva. Frente al mercado único, se está desarrollando también una creciente ola de renacionalización real de los mercados con campañas de los sectores con apoyos y respaldo oficial para el consumo de los productos nacionales frente a la los importados. La batalla de las banderas y las exigencias del origen en la etiqueta se extienden ya especialmente por países como Francia, Reino Unido… lo que está jugando en contra de comercializar fresas en Reino Unido, melocotones en Francia, etc.
Inversiones escasas
El sector de la huerta sufre un periodo de sequía en materia de inversiones, tanto para mejorar estructuras como para la innovación, lo que supone poner en peligro la actual y futura competitividad de la huerta de Europa en un mercado único. El sector sufre el mal de la edad y, considerando que otros corren, necesita elevadas inversiones para mantener sus viejos niveles de eficacia.
Organización insuficiente
Para operar con éxito en un mercado de libre comercio, el sector necesita disponer también de una organización más potente desde las cooperativas a las organizaciones de productores con capacidad para operar en los mercados de acuerdo con las normas comunitarias.
Demanda en retroceso
En el mercado interior, la demanda de fruta fresca se estima en solamente unos 4,4 millones de toneladas en los hogares y de 3,6 millones de toneladas de hortalizas en una línea de retroceso y, en el mejor de los casos, de estabilidad. En determinadas producciones los consumidores justifican ese retroceso en la compra ante la pérdida de sabor de las mismas, desde el tomate a los melocotones, circunstancia que en medios de la producción se achacan a la necesidad de cortar los frutos antes de su maduración por las exigencias que supone la distribución.
Precios y márgenes
Los precios de las frutas y hortalizas ocupan tradicionalmente los primeros lugares en los índices sobre las diferencias entre los precios de origen y destino.
Costes y recursos
Cada día es mayor la competencia con terceros países por los efectos las disponibilidades de recursos y de los costes de producción. En España, las zonas de producción ya se hallan limitadas frente a las posibilidades que existen en terceros países como Marruecos. Igualmente cabe apuntar la diferencia en los precios de la mano de obra en un sector donde juega un papel importante
Clima y cambio climático
Hay países que, por sus condiciones geográficas y medioambientales, tienen mayores posibilidades para obtener los mismos productos que España.